"El trabajo tiene algo de tribu", asegura una de las 50 mujeres más poderosas de España

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Margarita Álvarez, Directora de Comunicación y Marketing de Adecco

Entrevista

Margarita Álvarez, directora de Comunicación y Marketing de Adecco estará en el evento de ADM.

Lo peor de la pandemia parece haber pasado y las empresas trazan estrategias sobre el modelos de trabajo a seguir entre remoto, híbrido o presencial.

Sea cual sea el elegido, hay algo en lo que no pueden vacilar: el centro son las personas y el compromiso que estas tienen con las organizaciones, enfatizó la española Margarita Álvarez, directora de Comunicación y Marketing de Adecco y una de las 50 mujeres más poderosas de España, según Forbes.

«La pandemia descolocó las prioridades de las personas, el desafío ahora es cómo volver a hacer que el compromiso con las organizaciones vuelva a generarse, sentirse pleno con lo que se hace porque hemos descubierto que le estábamos dando importancia a lo menos importante y hay otras cosas trascendentales», reflexionó desde Madrid, en entrevista con El Empresario.

Álvarez disertará en el evento «Love Brand Employer», organizado por ADM, UDE y la Asociación de Marketing de España, previsto para el 7 de junio en el hotel Radisson.

«En este tiempo, todos hemos perdido algo, o peor aún, a alguien. Entonces, las organizaciones no se van a recuperar si antes no se recuperan emocionalmente a las personas que forman parte», aseguró. Para ello, la experta aconsejó generar momentos de comunicación, pero sobre todo, de «escucha» para «crear planes de trabajo en conjunto».

Según Álvarez, cuando las personas participan del diseño de las políticas de una organización, se sienten parte de las soluciones, las aplican en forma natural y comprenden mejor los límites.

Margarita Álvarez, Directora de Comunicación y Marketing de Adecco
Álvarez. Remarca que el centro siempre son las personas. 

También entender qué motiva a la gente es clave y esto implica hasta los beneficios. «Une empresa daba seguros de vida cuando la media de edad de los empleados era 27 años. Pensaron que era una buena medida pero no preguntaron lo que querían los trabajadores. Y la verdad que no era lo primero», comentó.

Estas instancias de comunicación también son propicias para el intercambio sobre temas más informales que en la «vieja realidad» sucedía «naturalmente». «La oficina tiene esos beneficios. En lo pragmático a veces un proyecto se desatascaba en un pasillo, en una conversación informal. En lo social, como los humanos somos seres sociales y nuestro trabajo tiene parte de tribu, en algunos momentos necesitamos ese roce para generar esa tribu, transmitir cultura, una forma de hacer. Ahora, en el formato híbrido hay que agendar momentos en la semana para escuchar y ver cómo está la otra persona, su familia». Estas ocasiones, dijo Álvarez, también son propicias para el reconocimiento uno a uno, «algo que antes pasaba durante un encuentro en la máquina del café», comentó.

Tarea vs propósito

Otro punto importante a tener en cuenta es que a la hora de elegir una compañía, cada vez pesa más su propósito.

«Trabajar ya no es solo ir a un sitio sino pensar que a lo que le dedicas un tercio de tu vida tenga un impacto, un propósito, deje una huella. Incluso el consumidor ya no quiere solo comprar un buen producto. Yo hago el ejercicio de preguntar a los empleados ‘¿A qué te dedicas?’ Cuando responden con una tarea es que no hay un propósito detrás. No es lo mismo, hacer un producto o servicio, que decir que está para hacer la vida de las personas más fácil. Incluso las grandes empresas confunden visión con propósito».

De todas formas, la experta matizó que buscar un propósito tiene que ser una tarea también de los trabajadores y recordó que cuando entró a trabajar a Coca Cola, una de las cosas que no quería era ir a comercial. A los tres meses la pasaron a esa sección. «Pensé que sería un infierno pero me puse a pensar qué es lo que me gusta: trabajar con personas, encontrar soluciones a problemas y fui haciendo una lista de cosas que me hacen vibrar y al final me gustó», dijo.

«A veces estamos tan pendientes de lo que la empresa debe hacer por nosotros que no pensamos en lo que podemos hacer por nosotros», cerró.

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