Hace cuatro años, un ejecutivo de tecnología multimillonario que lideraba una de las plataformas sociales más importantes del mundo presentó una visión para transformarla en una aplicación que pudiera hacerlo todo. En un manifiesto en línea, escribió que la aplicación no solo sería central para las comunicaciones escritas, sino que también tendría audio, video, pagos, comercio y más.
La idea era similar a la de una «aplicación de todo» que ahora impulsa Elon Musk, el propietario de Twitter. Pero el sueño pertenecía a Mark Zuckerberg, el fundador y CEO de Meta, dueña de Facebook, Instagram y WhatsApp.
En Silicon Valley, la búsqueda de una aplicación para todo ha surgido una y otra vez a medida que los líderes tecnológicos se han esforzado por expandir sus imperios digitales. Zuckerberg lo intentó. Lo mismo hizo Dara Khosrowshahi, el CEO de Uber. Evan Spiegel, el jefe de Snap, dijo que él también quería hacerlo.
Sin embargo, esos esfuerzos se quedaron cortos, ya que los ejecutivos no pudieron replicar la magia que ha abundado en Asia con «súper aplicaciones» al toparse con diferencias culturales, escrutinio regulatorio y un sistema financiero fragmentado.
Y ahora Musk, quien acaba de cambiar el nombre de Twitter a X, el apodo de su app de todo, persigue el mismo fin y es probable que enfrente los mismos desafíos.
En EE.UU., la gente está «acostumbrada a aplicaciones de un solo servicio, lo que hace que cambiar a una de servicios múltiples sea desorientador», dijo Dan Prud'homme, profesor asistente de negocios en la Universidad Internacional de Florida. «Hasta cierto punto, a los clientes no les gusta sentir que están demasiado en deuda con una sola empresa para sus necesidades diarias».
Musk ha estado enamorado de una aplicación de todo desde al menos el año pasado. Semanas antes de cerrar la adquisición de Twitter en octubre, tuiteó que su compra sería «un acelerador para crear X, la aplicación de todo».
El lunes 24, tuiteó sobre el cambio de marca de Twitter a X y escribió: «En los próximos meses, agregaremos comunicaciones integrales y la capacidad de conducir todo su mundo financiero. El nombre de Twitter no tiene sentido en ese contexto, por lo que debemos despedirnos del pájaro».
Sin embargo, Musk ha revelado poco sobre cómo luciría su súper aplicación, cómo funcionaría o por qué la gente la usaría.
Espejos orientales
Gran parte del deseo de crear una aplicación de todo tiene sus raíces en Asia, donde estas plataformas han florecido durante más de una década. En Japón, la gente usa Line, el servicio de mensajería dominante del país, para almacenar tarjetas de vacunación y comprar ropa. En Corea del Sur, recurre a KakaoTalk, que comenzó con mensajería, para enviar dinero y solicitar viajes en taxi.
Ninguno ha tenido tanto éxito como WeChat de Tencent, una app de mensajería, redes sociales y pagos utilizada por más de 1.000 millones de personas, principalmente en China. WeChat domina Internet móvil y es una ventanilla única para leer noticias, hablar con amigos, pedir pizza o pagar el alquiler.
Muchos empresarios de Silicon Valley consideran a WeChat como el estándar de oro para las aplicaciones móviles.
Ya en 2013, Spiegel de Snap se refirió a Tencent como un modelo cuando se trataba de ganar dinero. En una entrevista el año pasado, dijo que Snap también estaba creando una «súper aplicación de Snapchat».
En 2019, luego de la oferta pública inicial de Uber, Khosrowshahi se hizo eco del mantra de la súper aplicación. Dijo que veía la plataforma como el «Amazon del transporte» y quería que fuera el «sistema operativo para la vida cotidiana en una ciudad».
Ese mismo año, Zuckerberg manifestó ambiciones similares para WhatsApp. Desde entonces, Meta agregó funciones de pago y comercio a Facebook, Messenger, Instagram y WhatsApp, aunque ninguna se ha convertido en una aplicación para todo.
Eso puede deberse a diferentes entornos regulatorios, opinó Messina. Las tecnológicas de EE.UU. se han visto sometidas a un mayor escrutinio antimonopolio por parte de los reguladores de todo el mundo, pero las firmas chinas avaladas por Beijing han prosperado, incluso en medio de una represión de la industria.
Mientras, Musk no se ha contenido en sus predicciones para X. En una reciente entrevista dijo que si sale bien, la empresa podría convertirse en «la mitad del sistema financiero mundial».
Linda Yaccarino, CEO de Twitter, también se mostró entusiasmada. «X es el estado futuro de la interactividad ilimitada, centrada en audio, video, mensajería, pagos-banca, creando un mercado global para ideas, bienes, servicios y oportunidades», tuiteó. «Impulsado por IA, X se conectará con todos en formas que recién comenzamos a imaginar».