Alan Cohn
Consultor

En el vasto mundo de los negocios, una historia atrapante del psicólogo organizacional Karl Weick cobra vida. Se cuenta que un grupo de soldados, en medio de una tormenta, se extravía en las montañas durante varios días. Finalmente, uno de ellos encuentra un mapa que, aunque representa una zona completamente diferente a la que se encontraban, los anima y les brinda la orientación necesaria para regresar a salvo. La moraleja de la historia según Weick, es sencilla pero poderosa: «Cuando estás perdido, cualquier mapa te sirve».

En este cuento de soldados y mapas yace una lección importante para las empresas enfrentando el vértigo de la incertidumbre. A menudo, la acción precede a la claridad. El mapa, incluso si no cuadra perfectamente con el terreno, puede infundir la confianza necesaria para dar pasos audaces hacia adelante en situaciones difíciles.

Todos experimentamos el cambio: se acelera, con incertidumbre y amenazas de disrupción en todos los segmentos de competencia. La inteligencia artificial, la biología programable, la robóticay otras tecnologías están transformando las industrias existentes y generando nuevas. Los choques externos trascienden las fronteras y afectan a todas las empresas, incluso a las que parecen disfrutar de ventajas estructurales.

El imperfeccionismo es un enfoque en el que las empresas crecen a través de la experimentación múltiple y frecuente en tiempo real, y no siguiendo un marco o plan estratégico, sino acumulando de forma incremental valiosos conocimientos, activos y capacidades sobre la marcha.

Los marcos convencionales producto-mercado-estructura ya no son el arma secreta: no existe un sector estable ni un nuevo equilibrio de mercado al que volver.

La verdadera competencia puede venir de lugares inesperados, desafiando la noción misma de fronteras sectoriales. Es más probable que el actor que derribe o disrumpa a una empresa dominante en un espacio concreto venga desde afuera del sector a que sea un competidor ya existente.

La idea de mirar más allá de los confines de la propia empresa también surge como una sugerencia valiosa. Observar desde múltiples perspectivas, ya sean proveedores, clientes o potenciales competidores, aporta una comprensión más holística de las amenazas y oportunidades en juego.

Brendan McDermid/REUTERS

Veamos el ejemplo de Amazon Pay: Amazon no esperó a un momento de claridad estratégica ni compró un negocio financiero en funcionamiento. Se adentró en la incertidumbre dando pequeños pasos invirtiendo en empresas jóvenes con tecnologías interesantes, contratando a un equipo de una fintech que fracasó y lanzando servicios y herramientas desarrolladas internamente. Ejecutó múltiples acciones, aprendiendo qué funcionaba y qué no. Construyó capacidades y activos con movimientos que, en su mayoría, tenían pocas consecuencias y eran reversibles. Su estrategia no se construyó sobre una base de claridad absoluta, sino a través de iteraciones, aprendizajes y movimientos audaces. No hay noción de marcos estratégicos en su planteamiento. El resultado final es lo que denominamos una escalera de iniciativas, una estrategia pragmática revelada.

En resumen, el enfoque pragmático hacia la incertidumbre implica tomar acción en medio de la ambigüedad. Los movimientos pequeños, la acumulación de activos y capacidades, el aprendizaje constante de errores y aciertos, y la aceptación de que las decisiones estratégicas son apuestas, forman parte de esta aproximación.