ENTREVISTA
En 2008 cocreó la popular aplicación de tránsito y navegación con la idea de resolver el problema de los atascos en el tránsito. Actualmente se dedica a nuevos proyectos de negocios como emprendedor o inversor. En el marco de su visita al país, Levine conversó con El Empresario.
El del embotellamiento del tránsito era un problema que, además de aquejarlo a diario, representó para el ingeniero israelí Uri Levine una provechosa oportunidad para emprender. En 2008, Levine cocreó con sus socios Ehud Shabtai y Amir Shinar una solución que ayuda a los conductores a evitar atascos y facilitar la circulación. El concepto define a Waze, la app de tránsito y navegación que se convirtió en un fenómeno global y que hoy reúne a una comunidad de más de 250 millones de conductores.
Con su enfoque innovador ante un problema endémico de las grandes ciudades, la startup captó el interés y la chequera de Google. En 2013, el gigante tecnológico pagó US$ 1.100 millones para comprar Waze, un precio récord para la época.
De emprendedurismo y tecnología hablará hoy Levine en Move, el foro de innovación y tecnología móvil organizado por la telefónica Movistar en el Latu. Previo al evento y por teléfono, el emprendedor e inversor israelí charló con El Empresario.
En 2013, Waze fue comprada por Google, que pagó un precio récord para la época: US$ 1.100 millones.
Levine contó que desprenderse de Waze fue la mejor decisión, ya que le ha permitido dedicarse a nuevos emprendimientos que lo apasionan. El común denominador de esos proyectos es su intención de resolver un «gran problema». Puede tratarse de las pérdidas económicas que padecen los clientes de los fondos previsionales por el cobro de comisiones (así creó el asesor online FeeX), o de los altos desembolsos que hace el dueño de un auto cada vez que recurre al mecánico (por eso lanzó Engie, una app que diagnostica el desperfecto del vehículo y sugiere el costo de la reparación). Entre otras iniciativas, también fundó Moovit, un servicio similar a Waze dedicado al transporte público (presente en Uruguay).
A continuación, un resumen de la charla.
—¿Cómo llegó a la idea de Waze? ¿Qué necesidad detectó en ese entonces en el mercado?
—Odio los embotellamientos, como todo el mundo, pero como emprendedor cuando me enfrento a situaciones que me desagradan primero pienso si hay algo que pueda hacer para cambiar eso. Y nos dimos cuenta que si hay conductores delante nuestro en el camino, podemos preguntarles qué está pasando y, basados en esa información, podríamos tomar una ruta diferente. Investigué el tema, y me percaté de que podíamos construir el sistema para hacer eso en tiempo real. El concepto de Waze tiene dos factores: uno, es la habilidad para crear el mapa a medida que conducimos, entonces podemos (operar) en todas partes y volvernos una compañía global. Y, segundo, que como tenemos conductores en la calle, sabemos dónde se localizan los atascos (entonces) podemos guiar a las personas para evitarlos. Esa es la magia de Waze.
—¿Qué distingue a la app de otras, como Google Maps?
—Quizás lo más significativo es que toda la data en Waze es creada por los usuarios. Es como una red social de conductores para conductores. Todos los mapas y toda la información son en tiempo real, entonces si hay un camino que está clausurado porque hay una inundación, alguien dirá «este camino está cerrado, entonces lo está para los demás (conductores)». Y al hacer eso Waze resulta el servicio más actualizado respecto a otros que tienen diferentes procesos para elaborar los mapas y procesar la data. Una segunda diferencia es que Waze se especializa en trayectos diarios y las demás (plataformas) se basan en búsquedas, en cómo llegar a un lugar al que no sabés cómo llegar. Es un problema diferente, y el resultado es que Waze está siendo usada mucho más a menudo que otras apps por los mismos usuarios. Usás Waze cuando vas a la oficina aunque sabés cómo llegar.
"Toda la data en Waze es creada por los usuarios. Es como una red social de conductores para conductores".
—Israel es reconocido en el mundo por su desarrollado ecosistema emprendedor. A pesar de eso, ¿qué obstáculos tuvo que superar al inicio del proyecto?
—La cosa más importante para darse cuenta acerca de construir una startup es que se trata de un viaje de fracasos. Cada día enfrentas nuevos desafíos, intentás diferentes formas de superarlos, y la mayoría de las cosas que probás no funcionan. Eventualmente, surge algo que sí funciona y superás el obstáculo. Pero luego te das cuenta que solo pasaste a la próxima fase, y ahí tenés nuevos obstáculos. Y este es un viaje, un viaje de fracasos.
—En 2013, vendió la compañía a Google. ¿Por qué consideró que era la mejor decisión?
—Cuando tomamos una decisión, no sabemos qué habría pasado si hubiéramos decidido de modo diferente. En ese momento, pensamos que vender a Google era el abordaje correcto. Y el precio que ofertó fue el más alto alguna vez pagado por una app hasta ese momento. Con Google (también) podíamos cumplir nuestro sueño de ayudar a más conductores. Y para mí fue una decisión muy buena porque pasé a una siguiente startup y luego a otra, y a otra.
—A veces a los emprendedores les cuesta desprenderse de su creación. ¿Vivió un «duelo»?
—Siempre hay sentimientos encontrados, pero para mí fue más fácil, porque sabía que iba a crear más startups. Me permitió reenfocar mi energía en nuevos proyectos.
—Suele decir que hay que «enamorarse del problema, no de la solución». ¿Ese es un problema frecuente entre las startups?
—La tendencia es enamorarse de la solución. Te convencés de que tu solución es lo más importante y te olvidás del problema. Y luego lo que pasa es que no ha resuelto el problema o éste cambió o se reformuló. Cuando te enamorás del problema y te recordás todos los días «este es el problema al que estoy intentando dirigirme» es más probable que te conviertas en el líder del mercado que alguien que está más enfocado en la solución.
"Cuando te enamorás del problema es más probable que te conviertas en el líder del mercado que alguien que está más enfocado en la solución"
—¿Y cuál es su receta para no perderse en el camino?
—Lo importante es permanecer enfocado y que continúes preguntándote todo el tiempo si el problema conlleva una solución para el mundo, cuál es la percepción del problema para otras personas, y si estás progresando.
—Hoy los autos tienen cada vez más gadgets. ¿Cómo está impactando la revolución tecnológica al sector automotriz?
—Hoy los autos son una combinación de un hobby, un gadget y una herramienta de movilidad. Pero cuando mirás al futuro te das cuenta que esta industria va a atravesar la revolución más dramática de todas las industrias. El futuro nos traerá vehículos que se podrán manejar a sí mismos. Con ello, quizás no necesitaré ser dueño de un auto. Quizás necesite el servicio (de transporte), entonces el auto aparecerá, me recogerá y me llevará adonde quiera ir, luego me bajaré y el auto se irá. Con todo esto, la demanda por movilidad cambiará. Y si cambia, el mercado también lo hará porque el suministro necesitará acompasarse a eso, porque la gente no va a comprar (tantos) autos. Al mismo tiempo, el kilometraje se incrementará dramáticamente. Entonces, si no varías tu modelo de negocios —de vender un producto a vender un servicio—, podrías tener un problema grave. Y esto no es solo para los fabricantes. ¿Qué pasa si vendés seguros para autos o das préstamos para comprarlos? Si la gente no va a comprar autos, ¿dónde estará exactamente tu mercado?
"Hoy los autos son una combinación de un hobby, un gadget y una herramienta de movilidad"
—¿Qué otras industrias, donde incluso los avances tecnológicos están despuntando, percibe que sufrirán cambios disruptivos en los próximos años?
—Muchas industrias están intentando transformar el mercado al introducir algo muy diferente. Pienso en la agricultura de precisión, en servicios financieros, pharma. Varias industrias están exigiendo disrupción, necesitan actualizarse y, cuando lo pensás, te percatás de que muchas atravesarán cambios profundos en la próxima década.
—¿Qué cosas busca en un proyecto para invertir?
—Probablemente (hay) dos factores: número uno, un problema que vale la pena resolver, que es difícil y lo suficientemente grande y significativo y que si lo solucionamos haremos del mundo un mejor lugar. Y segundo, que el equipo (de la startup) sea capaz de lograr eso.
—¿Cuál ha sido el mejor consejo de negocios que recibió?
—Quizás la cosa más importante en los negocios es (tener) la habilidad de tomar decisiones difíciles. Y porque es difícil, a la gente no le gusta tomarlas. Pero si no lo hacés, eventualmente vas a fracasar porque nadie más a va tomar esas decisiones.
"La cosa más importante en los negocios es (tener) la habilidad de tomar decisiones difíciles (...) Si no lo hacés, eventualmente vas a fracasar porque nadie más va tomar esas decisiones".
Amante del ciclismo, el esquí y la vida frugal
Una venta multimillonaria como la de Waze a Google (por la friolera suma de US$ 1.100 millones) podría costear toda clase de costosos caprichos para el feliz vendedor. Uri Levine, el cofundador de Waze, optó en cambio por una compra más bien «modesta»: una bicicleta montaña Specialized Stumpjumper, valuada en US$ 3.000 (una cotización alejada de otros modelos que pueden llegar incluso a los US$ 10.000), reveló en una nota a Business Insider. Es que Levine además de ser un ávido ciclista y esquiador (desde hace años viaja a Los Alpes para practicar ese deporte), es descrito como un empresario de bajo perfil con un estilo de vida ascético. Acostumbra a ir en bicicleta a sus reuniones y vive en un apartamento alquilado en las afueras de Tel Aviv. Según un medio israelí, la venta de Waze le reportó a Levine US$ 38 millones, es decir, el equivalente al 3% de las acciones de la compañía. Desde entonces, se ha dedicado a lanzar nuevos proyectos y a invertir en startups locales, a la vez que brinda conferencias sobre emprendedurismo y tecnología por el mundo.