Uruguayos crean productos culturales que fusionan arte, ciencia y tecnología y apuntan al exterior

Liderado por Pablo Casacuberta, Andrea Arobba y Juan Ciapessoni, el centro Gen apuesta exportar propiedades intelectuales

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Juan Ciapessoni, Andrea Arobba y Pablo Casacuberta, directores de Gen
Leonardo Mainé - El País

Una institución que combina ciencias, arte y tecnología para crear productos culturales dirigidos al público uruguayo y que sean exportables. La naturaleza y objetivos de este proyecto llamado Gen lleva a que sus impulsores lo definan como un «bicho raro».

Este centro de artes y ciencias venía dando sus primeros pasos con elcineasta y escritor Pablo Casacuberta y la bailarina y coreógrafa Andrea Arobba como directores. En junio se sumó un tercer socio, elempresario Juan Ciapessoni, quien venía de dejar The Electric Factory, la compañía de innovación que cofundó.

«Yo venía con The Electric Factory ya muy desarrollada y lentamente empecé a tener otras inquietudes, otras ganas de generar otro tipo de impacto, uno más generalista, amplio y empecé a ver lo que ellos estaban haciendo y la posibilidad de conectar lo local con lo global, de darle visibilidad a las cosas buenas que estaban pasando en Uruguay, su talento sobre todo en el área de la ciencia y también del arte, combinado con la tecnología, que es el sector del que yo vengo», argumentó Ciapessoni.

A los tres directores de Gen los une una frase que suele decir Casacuberta: «el largo de nuestra vida es finito, pero el ancho depende de nosotros». A partir de ese pilar, Gen busca crear propiedades intelectuales en torno a temas complejos incorporando miradas multidisciplinarias.

Fruto de esta particular sinergia nacieron distintos proyectos, entre los más recientes destaca laobra de teatro Frankenstein, que actualmente se desarrolla en la Facultad de Medicina y en la que convergen temas como tecnología, artes escénicas y feminismo.

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Fernando Vannet en "Frankestein" de la Comedia Nacional.
Foto: Carlos Dossena

Este tipo de propuestas tienen potencial de exportación, coincidieron los directores de Gen. En sus viajes al exterior para exponer el proyecto ante instituciones académicas y empresas, se encontraron que en otros mercados -incluso en los más grandes- hay una necesidad de esos actores de «conectar» con las personas. El creciente interés de las empresas y las instituciones por adoptar una mirada mucho más social y darle un propósito a sus actividades abre oportunidades a emprendimientos como Gen, analizó Casacuberta.

«Nos fuimos dando cuenta que esa trayectoria que fuimos haciendo acá en Uruguay tenía también algo para decirle a instituciones internacionales o grupos mediáticos enormes», comentó. Así han entrado en contacto con entidades del prestigio y el porte del MIT, la ONU y plataformas de contenidos como HBO y Disney.

Gen ya ha exportado algunas de sus propiedades intelectuales. Por ejemplo, su serie sobre arte y ciencia Tu casa es mi casa con el músico Paulinho Moska como conductor se emitió en HBO, mientras que la película Soñar robots -que narra la historia de jóvenes del medio rural uruguayo que trabajan en robótica-, fue comprada por Disney.

«Por lo general el formato termina siendo transmedia y abarca performing arts, editorial, documentales y películas», enumeró Ciapessoni.

El propósito del proyecto es «no ponerse del lado del entretenimiento puro ni del lado apocalíptico, sino en la mitad», aclaró. «Hablamos de problemáticas sociales y cómo a través del media hackearlas o resolverlas mostrando las posibilidades».

Aunque la creación audiovisual es una de sus áreas de trabajo, Gen no se identifica como una productora de contenidos mediáticos. Por eso, Casacuberta define el proyecto como un «bicho raro».

Experimentación

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Juan Ciapessoni, Andrea Arobba y Pablo Casacuberta, directores del centro de artes y ciencias Gen
Leonardo Mainé - El País

Ciencia y arte suelen presentarse como mundos distantes, pero en Gen identificaron algunos patrones comunes que acercan a ambas disciplinas. Esas similitudes apoyan el trabajo creativo que desarrolla el centro.

Arobba explicó que en ambos mundos hay «laboratorios»: «el arte experimenta, investiga, es un ensayo y error, y lo mismo pasa con las ciencias», comparó.

Esto no hace otra cosa más que darle visibilidad a lo local, traer al mundo al Uruguay y posicionar el país como un lugar donde pasan cosas

Hoy, el centro tiene 11 proyectos de productos culturales en distintas fases de desarrollo. El plan es concretarlos y pasar de «lo local a lo global». Para ello, la interacción con actores internacionales interesados en este tipo de propuestas resulta esencial. También, el respaldo de empresas y particulares que están apoyando el proyecto.

«Hay mucha gente que quiere que sigamos construyendo estos formatos para que después podamos exportarlos. Esto no hace otra cosa más que darle visibilidad a lo local, traer al mundo al Uruguay y posicionar el país como un lugar donde pasan cosas», remató Ciapessoni.

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