Aunque no todos descansan en verano, en general asociamos esta estación con la posibilidad de «cambiar el chip», disponer de unos días de relax y dedicar más tiempo a la familia. Esto, que para un trabajador en relación de dependencia suele ser un mero trámite, para el emprendedor supone un auténtico desafío y para algunos, directamente un lujo que no se pueden dar.
Martín Larre, emprendedor serial y actual CEO de la startup de biotech Future Biome, considera que entre las circunstancias que pautan esto se encuentran factores, como el grado de consolidación del emprendimiento. «Dependerá de si tu empresa está en estadios de startup, en los primeros años o ya está consolidada, con equipos, si podés delegar, etcétera». Larre tiene más experiencia en esa primera etapa de «equipos chicos, donde todavía no podés delegar, todos hacen un poco de todo», y donde es crucial «elegir tu momento de vacación, cuando sabés que en la empresa no hay un ‘incendio’ que apagar». Sí, evitá hacerlo durante «el proceso de levantar inversión, de firmar un acuerdo comercial o alguna circunstancia estratégica muy importante para la empresa», más que nada porque irse de vacaciones en ese momento «no va a rendir», porque «vas a estar constantemente pendiente de eso, no vas a estar», confesó.
La misma impresión tiene Federico Lavagna, fundador y CEO de Viajero Hostels, quien por su área de actividad en la hostelería está entre los que asocian verano con trabajo. «No es lo mismo cuando uno empieza o los primeros años, donde realmente el descanso es muy poco y el estrés es mucho, porque te la estás jugando entero, porque tenés que meterle mil horas, porque estás aprendiendo de lo que hacés también. Es muy difícil empezar algo, tener un negocio y ya poder planificarse unas vacaciones», indicó, aunque reconoce que tal vez hoy «emprendedores más jóvenes puedan matizarlo mejor».
Sin descanso
Un ejemplo de lo que cuesta hacerse tiempo para relajarse es el de Marjorie Spitalnik, la creadora de las muñecas Little Rebels, cuyo emprendimiento se encuentra en plena fase de expansión, lo que le deja poco margen de tiempo libre y eso le ha pasado factura. «Te puedo dar fe de que (el descanso) es megaimportante. Lo digo desde la experiencia, si no parás, el cuerpo va a parar por vos», aconsejó. «No me desenchufo nunca; vacaciones así, posta, de verdad, no me acuerdo de cuándo fue la última vez que la tuve. La gente dice: ‘Ah, vivís viajando’, sí, pero vivo metida dentro de la feria 12 horas por día».
El año pasado sufrió un quebranto de salud, «terminé siendo operada de urgencia en mayo y ahora estas últimas semanas me vengo recuperando de covid. Claramente no puedo seguir como vengo. En algún momento tengo que bajar, pero no siempre se puede, no es fácil», por más que, como a todos, «me encantaría estar tirada en la playa leyendo todo el día, sí, claro, sería muy feliz». En cambio, encuentra una alternativa en los recitales. «Creo que lo único que te puedo decir que para mí son como vacaciones, que son gustos que me doy una vez al año, son los recitales. Así sea, por ejemplo, Coldplay en Buenos Aires, que voy el día del recital y vuelvo al otro día. No importa. Esa experiencia del recital para mí es renovadora, me cambia la energía», destacó.
Rafael Atijas, creador de Loog Guitars, tiene por costumbre tomarse unos días a partir de la Navidad, la zafra fuerte de su emprendimiento, aunque en general no es de «desenchufarse» del todo. «Igual no me quejo, por lo menos, con no tener que ir a la reuniones fijas de todas las semanas, me doy por satisfecho y también la verdad es que me despejo bastante», aclaró.
Alerta
Emprendedora en el área de la tecnología, Carolina Bañales, fundadora y CEO de Eyecue Insights, tiene por política hacer un «corte» en la última semana del año. «Trato de ser fiel a la necesidad de todos de cortar y arrancar con otra energía, de tener tiempo para la familia. Considero fundamental del emprendedor respetar el descanso del equipo, por lo que intento al máximo no interrumpirlo. Creo que en este caso también hay que servir de ejemplo, nadie se beneficia de trabajar ininterrumpidamente», dijo.
Pero incluso cuando descansa, sigue activa en «segundo plano» y esto le permite aprovechar oportunidades, por ejemplo, en el plano creativo. «Me han pasado cosas increíbles en viajes o caminando en una ciudad nueva, desde el punto de vista creativo, que probablemente no me pasen sentada en mi oficina», aseguró. Un ejemplo de esto ocurrió hace apenas unos días, cuando se presentó una ocasión de esas que no se pueden dejar pasar. «Estaba entrando a un restaurante y vi al fundador de BOF (Business of fashion), alguien que admiro y respeto muchísimo. Yo estaba de playa, cero presentable, con mis dos hijos, mi marido, y dije ‘bueno, oportunidad única, acá tenes que ir y conocerlo’. Fui, me presenté, charlé y terminamos cenando con él al otro día, en un evento al que lo invité y quiso venir», recordó.
Hoy las comunicaciones permiten seguir en contacto y estar presente cuando las decisiones a tomar lo ameritan. «Si bien siempre trato de ser la última opción cuando me tomo licencia, para poder desconectar, a veces hay temas en los que uno tiene que intervenir y ser parte también de la solución», afirmó Macarena Zas, de1.000 Razones. «El emprendimiento, la empresa, también es parte nuestra y al final tenemos que responder. Eso es un poco la diferencia entre el dependiente y el independiente», agregó.
Delegar
Entre los dilemas a la hora de tomarse unos días está el de la delegación de tareas. En esto también hay niveles, hay empresas más desarrolladas en las que esto está más aceitado.
Federico Lavagna, por ejemplo, considera que delegar es algo que ha hecho «bastante bien». «Dejo en manos de otros la gestión, la operación del día a día, yo estoy en temas más estratégicos, lo cual también me permitió descansar más o desconectar. Tal vez más que descansar es no estar permanentemente pensando y preocupado por las cosas».
Para Zas supone un desafío. «Hace 10 años que comencé a emprender y creo que delegar es de los desafíos que todavía tengo. Es algo que se aprende mucho en la práctica, en el hacer».
Proyectar
Pero el tiempo de descanso es, además, un espacio creativo, acaso una buena ocasión para ver las cosas desde otro ángulo, proyectar a largo plazo y explorar nuevas posibilidades. Larre busca aprovechar esos momentos que son donde deja de pensar en la operativa diaria de los emprendimientos. «Surgen ideas nuevas, quizás a veces relacionadas con los emprendimientos y a veces no, pero es un momento de bastante creatividad, digamos», aseguró. Aunque reconoce que puede parecer un cliché, asegura que sus mejores ideas «de repente han surgido en las vacaciones o tirados, pensando en la nada. Hay que tener esos momentos».
También están los buscan inspiración en la experiencia de otros. Lavagna, por ejemplo, también considera que esos días de descanso son sus épocas más creativas. «Es donde más puedo leer y generalmente trato que sean leer libros inspiradores, algo empresarial, alguna historia de una persona que pueda ser de referencia, de la cual saco ideas. No soy muy de leer novelas o cosas más abstractas».
También Atijas asocia sus mejores ideas con ratos de descanso. «Pensás en cosas que no tienen que ver con el trabajo y otras que sí». También elige leer, pero busca libros que lo alejen del día a día. «El 90% a veces son biografías de músicos que me gustan. La lectura es de las cosas que más me desenchufan», aseguró.
FAMILIA
Las vacaciones son, además, una oportunidad para dedicar tiempo de calidad a la vida familiar, aunque no siempre es posible, y forzar situaciones puede ser hasta contraproducente. «Si no me pude ir de vacaciones creo que es importante que la familia lo pueda entender también. Los emprendedores muchas veces lo tratamos mal, creo que la mayoría se va de vacaciones y que está ‘a medias’ de vacaciones», planteó Larre.
«Eso no es lo mejor para nadie. No digo que no se pueda ir de vacaciones y agarrar la computadora y revisar el mail, me refiero a estar con tu familia en la playa y vos en el auto en una videoconferencia», concluyó.