La heladería «imposible» lo hizo posible. Este semana, la marca uruguaya Zero concretó la apertura de su primer local en Argentina y comenzó así su camino de internacionalización que incluye 35 tiendas en ese país además de llegar a otros mercados del mundo.
La particularidad de Zero, que nació en octubre 2020, es que sus helados son sin gluten, no contienen azúcar, ni lácteos, ni grasa, por lo que son ideales para diabéticos. Y esto lo logra sin perder la textura y el sabor característicos de los helados artesanales. De allí su eslogan: «el helado imposible». Detrás del proyecto está Nicolás Baladón, CEO además de las heladerías Chelato.
Según comentó el empresario, la llegada de la marca a Argentina comenzó a gestarse en 2022 pero el vertiginoso crecimiento del precio del dólar en el país vecino truncó el negocio. Finalmente, a mediados de febrero de este año retomó la idea con otros empresarios argentinos que viajaron a Uruguay en abril para finalmente concretarlo en setiembre de este año. El modelo elegido para el desembarco en Buenos Aires es el de franquicias.
«En abril viajaron a Uruguay, vieron el proyecto, las tiendas, seguimos negociando y aceptaron. Son dos jóvenes inversores, Gonzalo Preto y Matías Macchegiani, que se hicieron con la primera franquicia en ese país. Llegaron a nosotros por Instagram y nos consultaron si teníamos franquicias afuera. Les gustó la marca, el producto va mucho con el estilo de vida que ellos tienen», relató Baladón.
Para los franquiciados será la primera experiencia con un negocio de este estilo. Ambos vienen del ámbito financiero como traders en compra y venta de acciones y otras inversiones, explicó el CEO de Zero.
El local, que abrió esta semana, está ubicado en pleno corazón del barrio Palermo, sobre la calles José Cabrera y Thames y ocupa unos 60 metros cuadrados (m2) con una capacidad para unas 25 personas sentadas.
En este primer punto, los franquiciados desembolsaron una inversión de US$ 70.000 que incluye puesta a punto del local, una planta de elaboración en el mismo espacio y el fee inicial. Según Baladón, el objetivo es que esta planta alimente los otros cuatro locales que están en el plan a desarrollar en Buenos Aires. Para las demás sucursales, los puntos elegidos son los barrios de Belgrano, Recoleta y Puerto Madero o Caballito, y, como ya estará en funcionamiento la planta de elaboración, la inversión de cada uno rondará los US$ 50.000.
En cuanto a la propuesta, el creador de Zero y Chelato explicó que en este caso, por ser un público similar al de Uruguay, presentará las mismas opciones locales. «Voy con helados veganos, proteicos (los helados tienen 10 gramos de proteínas por porción), sin gluten, sin lácteos. Ofreceremos el tradicional a granel en cucurucho y también nuestras paletas. Llegamos con 28 sabores de helado normal y nueve paletas. También con las opciones Keto», informó. Una vez en funcionamiento, Baladón estima una facturación mensual de cada heladería de unos US$ 25.000 mensuales.
Además, según adelantó, mientras da sus primeros pasos en Argentina, en Uruguay comenzó a dar sus primeros pasos en el negocio de retail. «Acabamos de cerrar con una distribuidora muy importante para llevar los helados a todo el país. El plan es que en pocos días estén presentes en supermercados, estaciones de servicios. Esto podría incrementar un 200% la producción», cerró Baladón.
Con tres locales en Uruguay (Carrasco, Pocitos y Punta del Este), las energías de Nicolás Baladón, fundador de Zero, están puestas en la expansión internacional. «Tenemos muchas solicitudes en Argentina, en provincias como Córdoba y Rosario, pero ahora queremos afianzar la estructura, armar proveedores», aclaró.
En paralelo, planea seguir avanzando con España donde viene «negociado desde hace tiempo». Además, acaba de recibir el interés de franquiciar la marca en Costa Rica, Perú y Venezuela, comentó.