Belleza
Te contamos cuáles son los errores más frecuente que cometemos en el cuidado de nuestra piel.
La piel es el órgano más grande en nuestro cuerpo, motivo por el cual los expertos recomiendan adoptar una buena higiene para poder así evitar cualquier tipo de efecto negativo a nivel de la dermis. Uno de los productos estrella es el agua micelar, puesto que por su composición en micelas, es capaz de atraer y capturar la grasa y la suciedad para eliminarlas, respetando el equilibrio de la piel y su film hidrolipídico protector.
Además, otra de las claves para lucir una piel “perfecta” es la hidratación, sea cual sea tu tipo, necesitamos una dosis diaria como mínimo, lo importante es trabajar en una piel sana y con buen aspecto. Muchas veces las personas que poseen piel grasa creen que no es adecuado el uso de cremas hidratantes; sin embargo, ello no podría estar más alejado de la realidad, ya que al evitarlas nuestra piel tratará de compensar la falta de hidratación, fabricando más grasa, lo que aumentará ciertas dolencias como el acné.
De igual manera, otro elemento fundamental en su cuidado es el uso de protector solar, y como muchos especialistas aseguran, en definitiva, es la mejor crema facial. Por este motivo, es de suma importancia que sea empleado durante todo el año.
Pero a veces creemos que porque empleamos toda una serie de productos cosméticos y dermatológicos es suficiente, si bien es cierto son importantes, también es crucial que nos demos cuenta que hay algunos hábitos del día a día que influyen de manera negativa en nuestra piel. No solo podemos enfocarnos en cuidarla estéticamente sino también por salud, ya que como nos han demostrado diversos estudios una mala alimentación, la contaminación, el tabaco, el estrés o el clima pueden hacer que la piel se resienta.
Por ello, te daremos a conocer algunos de los errores que comentemos y que quizás no somos conscientes de su impacto.
No te proteges de la luz azul
La luz azul que emiten los dispositivos electrónicos ensucia la piel y el exceso de esta puede provocar la aparición de manchas y flacidez. Lo ideal es buscar la manera de reducir la sobreexposición y protegerse con productos que actúen como un escudo, y que no solo evite la falta de luminosidad, sino también el daño oxidativo, la deshidratación y la aparición de manchas. Para ello, es fundamental el uso de un SPF de 30 hacia adelante.
Con el celular antes de dormir
Por lo general, solemos estar con nuestros celulares, tablets o computadoras poco antes de irnos a dormir, por esta razón es súper importante practicar la desconexión digital al menos una hora antes de acostarnos. Además, con esto evitaremos que la luz azul influya en la calidad del sueño, no solo porque afecta a la melatonina, sino también porque si no descansamos bien y dormimos las horas necesarias, nuestra piel no podrá realizar de manera correcta su regeneración celular.
Hacer deporte sin cuidar la piel
No caben dudas de que, realizar deporte tiene una infinidad de beneficios para piel, ya que aumenta la flexibilidad y mejora su estructura, logrando eliminar las toxinas. Igualmente, es importante tomar en cuenta que debemos mantener una rutina de cuidado antes y después de la actividad física, puesto que algunos componentes como el sudor, las impurezas y la deshidratación podrían afectar negativamente a la dermis. Para ello, debemos limpiar el rostro con un producto apropiado para cada tipo de piel y evitar llevar maquillaje.
Abusamos de las harinas y azúcares
La mayoría de nosotros somos amantes de las harinas y azúcares, a quién no le fascina comer un delicioso pan por las mañanas o degustar un delicioso postre por la tarde. Sin embargo, tenemos que tomar en cuenta que el consumo excesivo podría desencadenar toda una serie de reacciones en nuestro cuerpo. Por ejemplo, podríamos sufrir de acné o una generación de sebo excesiva, logrando que nuestra piel pierda su luminosidad y que se vea poco saludable.
No consumimos suficiente vitamina C
Durante mucho tiempo se ha hablado sobre la importancia de la vitamina C y sus múltiples beneficios, por tal motivo nos enfocamos en aplicarla directamente en nuestra piel. No obstante, es esencial que también consumamos alimentos ricos en esta vitamina, como tomates, cítricos frutillas, y demás, ya que gracias a ella lograremos lucir una piel radiante y luminosa.
No nos protegemos de la contaminación doméstica
Actualmente se discute mucho sobre la contaminación ambiental, por lo que muchos de nosotros podemos pensar que al llegar a casa estaremos fuera de peligro; sin embargo, es crucial considerar el impacto de la contaminación doméstica, el cual es un universo de micropartículas que no vemos, pero que provienen de la calefacción, la refrigeración, productos de limpieza y el exceso de polvo. Además, este tipo de polución provoca una disminución significativa de la vitamina E de nuestra piel y la pérdida de firmeza. Por ello, es recomendable emplear productos antipolución con efecto detox que libre a nuestra piel de esas toxinas indoor.
Nos dejamos consumir por el estrés
Cuando padecemos ansiedad y estrés de forma continua nuestro cuerpo libera histamina, la cual está relacionada con la respuesta alérgica. Asimismo, también se genera una mayor producción de adrenalina y cortisol, que causan desajustes hormonales y debilitan nuestro sistema inmunológico. Por esta razón, podemos sufrir una producción de grasa en la piel, haciendo que aparezcan pequeños granitos. Inclusive podría desencadenar problemas tales como rosácea, psoriasis o dermatitis. De igual manera, esto provoca que se descomponga el colágeno y la elastina, generando un envejecimiento prematuro.