Belleza
En el mundo online, son numerosos los influencers que prometen orientación en medio de una verdadera marea de productos para el cuidado de la piel.
Antes, para recibir asesoramiento sobre la piel, se iba al consultorio del dermatólogo o a lo sumo a la farmacia. Pero actualmente muchos escuchan a los "skinfluencers", al menos en el mundo digital.
¿Pero son realmente útiles sus consejos?
En el mundo online, son numerosos los influencers que prometen orientación en medio de una verdadera marea de productos para el cuidado de la piel. Y son millones los que en las redes sociales siguen a estos denominados "skinfluencers", término formado por las palabras skin (piel) e influencer (influenciador) del inglés. Sin embargo, solo pocos de ellos cuentan con una formación en medicina.
"¿Cuál es tu rutina para el cuidado de la piel?" se convirtió en una pregunta importante. Y se refiere a más que solamente agua, toalla y crema.
Así, por ejemplo, la actriz norteamericana Madelaine Petsch muestra cómo es su rutina matinal en relación al cuidado de su piel en un video para la revista de moda "Vogue" en YouTube.
Para ella se requieren 38 pasos: "Me gusta tomarme mi tiempo. Si eso significa que tardaré dos horas más por la mañana, pues lo hago", afirma Petsch. El video contaba con casi 8,6 millones de visualizaciones hasta principios de julio.
Sin embargo, el trabajo de los "skinfluencers" en las redes sociales va más allá de los videos de este tipo: informan a sus seguidores sobre componentes buenos y malos en los productos, su impacto medioambiental o las pruebas sobre animales que realizan las diferentes empresas.
Y logran llevar a cabo su labor con gran éxito: el canal de YouTube estadounidense skincarebyhyram, por ejemplo, contaba a comienzos de julio con 4,6 millones de seguidores.
Sin embargo, la dermatóloga alemana Yael Adler, también autora de bibliografía médica, contempla más bien con escepticismo el fenómeno de los "skinfluencers". "Es bueno e importante fijarse en los componentes, la gente debería informarse mejor para decidir mejor", dice. Pero los "skinfluencers" frecuentemente carecen de formación médica, de comprensión de la fisiología de la piel y de una "verdadera experiencia profesional", aduce.
En opinión de Adler, quienes recomiendan una rutina de cuidado de la piel suelen querer impulsar determinadas compras por parte de sus seguidores. "A menudo hay un interés económico en ellos", agrega.
En su consultorio privado en la capital germana, Berlín, Adler -quien asimismo tiene un canal de Instagram- brinda un asesoramiento personalizado a sus pacientes. Pero, en un marco público, esta profesional se abstiene de pronunciar recomendaciones generales de
productos: "Eso, como médica, no puedo hacerlo", asevera.
"Y no se pueden brindar recomendaciones generales de productos: hay que mirar y aconsejar a cada piel de forma individual y preferentemente considerando la persona en su totalidad", argumenta. Asimismo recomienda evitar fragancias y jabones alcalinos, pero no las cremas solares.
También en Alemania se observa esta tendencia relacionada con los influencers de la piel. Así, hasta comienzos de julio, más de medio millón de personas seguía el canal de Instagram "xskincare" y más de 35.000 el canal "incipedia", nombre que hace referencia a INCI, la Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos.
Numerosos "skinfluencers" recalcan que, aún sin contar con una formación médica, su saber se basa en el conocimiento científico. Y, al mismo tiempo, recomiendan una visita al dermatólogo en caso de problemas de piel graves.
La empleada de droguería e influenciadora Shenja, quien opera el canal "incipedia", se considera más bien como una asesora. "Lo que realmente necesitamos es más transparencia e información clara, y que esa información tenga mayor alcance", afirma la mujer de 31 años. "Es que uno literalmente se ahoga en la infinidad de productos que hay en el mercado. Pero si se reciben las herramientas y se comprende qué hay detrás de los componentes, es más probable lograr saber lo que uno necesita", indica.
Según cuenta, inicialmente, el cuidado de la piel era solamente un hobby para ella. Y debido a algunos problemas dermatológicos que padecía, se compró numerosos libros y estudió diversos componentes.
Ahora se mantiene al día a través de nuevos estudios que aparecen. Entretanto, trabaja de forma independiente y vive de las ventas de su propia línea de productos de cuidado de la piel. "Hasta ahora no me he vuelto rica con esto", asegura, mientras ríe.
Shenja no promete a sus clientes y clientas una panacea envasada en un frasco, por lo que las expectativas no son tan altas. "No promociono mis productos de forma intensiva, pero tengo muchísimos clientes fijos".
Expertos del centro de asesoramiento al consumidor observan tanto aspectos positivos como también negativos en esta tendencia de los "skinfluencers".
"En el caso de los influencers, la pregunta a formularse es qué experiencia e interés propio tienen para promocionar un determinado principio activo o recomendar un producto", manifiesta la química Kerstin Effers. "Pero en realidad es algo positivo que los usuarios prueben productos y que los recomienden o no a otros", explica la médica Daniela Hubloher, del cenro de asesoramiento al consumidor. De esta manera, observa, no se dependerá solamente de la publicidad convencional.
Y, justamente allí cree Shenja que se encuentra su tarea: "Lo que está escrito en la parte delantera del envase debe contemplarse a la ligera, porque es solamente la promoción del producto. Lo que es verdaderamente interesante es la etiqueta al dorso", agrega la influencer.