Por Fanny Berger
Fanny Berger explica cómo ser padres nutritivos: los niños que crecen en un ambiente con límites se sienten seguros de sí mismos, saben que hay un adulto que puede sostenerlos y guiarlos
En primer lugar los padres nutritivos tienen la capacidad de aceptar a sus hijos tal cual son, con susluces y sombras, virtudes y defectos. Todo padre se imagina un hijo de una manera pero la realidad no siempre coincide con lo imaginado previo al nacimiento. A veces el progenitor tiene dificultad en ver al niño real, el que respira, al de carne y hueso y no al que fantasearon. Esto lleva a la frustración de los padres, algo que los hijos sienten en su vida diaria.
Existen dos fantasmas durante la educación de los hijos que son la exigencia y la crítica parental que tienen efectos muy negativos. De ese moda exigen lo que su hijo no puede brindar y ambos se frustran. A veces los progenitores en lugar de enseñar critican, pues en forma no consciente repiten el modo en que fueron ellos educados y, en lugar de mostrar y guiar al pequeño, emiten críticas que influyen negativamente en la autoestima que ese está formando.
En segundo lugar los progenitores nutritivos propician el dialogo y a través de éste enseñan a reconocer y nombrar emociones tanto placenteras como displacenteras, aceptarlas y expresarlas a través de canales adaptativos. Los padres nutritivos dialogan mucho con su descendencia. Si el niño grita, un padre nutritivo puede decir "¿qué te pasa que estás tan enojado?" y así el niño aprender a reconocer y nombrar, en este caso, la rabia. Además con esa frase el niño puede comunicar la causa de su enojo y así cesará de gritar.
En tercer lugar los padres nutritivos protegen a sus hijos de peligros físicos y emocionales, mostrándoles en la vida diaria lo que es peligroso y así ellos se sienten cuidados y atendidos por el adulto. Acá vemos dos fantasmas: la sobreprotección y la indiferencia, que también tienen impactos negativos en la personalidad del niño.
La sobreprotección implica realizar por el hijo actividades que él puede realizar solo, controlarlo, y así le quitan la posibilidad de su fortalecimiento como persona. La sobreprotección es considerada un maltrato emocional por lo negativa que resulta para el niño. La indiferencia es no ver las necesidades del hijo, no mirarlo con empatía y así se sentirá no tenido en cuenta, ni querido.
En cuarto lugar los padres nutritivos, lejos de llenar a sus hijos con culpas los educan en la responsabilidad, les muestran opciones y ellos eligen dentro de dos o tres posibilidades. Ellos eligen y así aprenden para la próxima vez y se hacen cargo desde chicos de sus propias elecciones y conductas.
En quinta instancia los padres nutritivos son firmes, fijan y sostienen límites. Ocupan el rol de educadores, establecen un vínculo vertical donde el grande guía y el pequeño es guiado y así el pequeño se sentirá contenido por el adulto. El padre nutritivo ocupará su rol y así evitará preguntar constantemente a su hijo por decisiones que tiene que tomar él.
Los niños que crecen en un ambiente con límites se sienten seguros de sí mismos, saben que hay un adulto que puede sostenerlos y guiarlos. Los hijos sienten respeto por los padres, no temor como en el estilo autoritario ni indiferencia como en el estilo permisivo donde puede hacer lo que quiera.
En el estilo autoritario se le teme a los castigos parentales se le obedece para evitarlos. En el estilo permisivo y en el autoritario los niños no respetan a sus progenitores crecen con intensos sentimientos de falta de confianza en ellos mismos.
El único camino posible es desarrollar la autoridad parental para que crezcan seguros y felices.
Es psicoterapeuta gestáltica. Se dedica niños, adolescentes y adultos, y trabaja en el apoyo de padres. Implementó “terapia de alcance breve”, que en cinco sesiones trata temas concretos. Es conferencista y escribió varios libros.