Con los hijos
La educación emocional de los hijos es patrimonio exclusivo de los padres. Seguí los consejos de Fanny Berger para apoyar a tus hijos y que se sientan amados y con límites.
Las funciones que cumplen los padres se pueden dividir en dos grandes grupos: instrumentales y educativas.
En el primer grupo tenemos tareas que los progenitores cumplen diariamente, durante largos años, sin cuestionarlas y pensando en el bien de sus hijos. Son choferes de los niños (los llevan al colegio, fiestas, clases, etc), personal shoppers (los acompañan a comprarse ropa, zapatos, toda clase de aparatos tecnológicos) y acompañantes terapéuticos (lo llevan a psicólogos, psicopedagogos, psicomotricistas, fonoaudiólogos, maestros particulares). Con tanta actividad es entendible que los adultos experimenten cansancio y estrés.
Las funciones parentales educativas no están tan definidas ni pensadas, corresponden al ámbito psicológico. A la hora de educar son muy importantes pues no existe ninguna institución educativa ni terapeuta que las pueda suplantar. Son patrimonio exclusivo de los padres.
Tienen un gran impacto emocional en la maduración y adaptación de sus hijos. Con respecto a este grupo podemos decir que los progenitores tienen que satisfacer las necesidades afectivas de su descendencia que se las agrupamos en tres subgrupos.
Primeramente todo padre tiene que fijar límites a sus hijos para que éste se sienta querido. Si el progenitor expresa amor sin límites el hijo no se siente amado.
En segundo lugar todo padre tiene que contener a su hijo para que se sienta protegido o seguro.
En último lugar todo padre tiene que relatar la verdad familiar para que el niño se sienta confiado, tenga confianza en sus progenitores y en otras personas y situaciones que las ameritan.
Sostenemos que tiene que haber una relación entre ambos grupos de funciones parentales, vale decir que ambas son importantes y no pueden ser olvidadas en detrimento de las otras.
Las funciones instrumentales son evidentes, aparecen claramente en la vida diaria. Las educativas no son tan claras, pero cuando no se cumplen ocasionan problemas psicológicos y adaptativos en la niñez, adolescencia y vida adulta.
El mensaje que quiero transmitir es la importancia de tomar consciencia al fijar y sostener límites las 24 horas del día, pues así tu hijo se sentirá querido. Si hace lo que él quiere no sentirá el amor porque la fijación y sostenimiento de los mismos son un acto de amor.
Es de vital importancia que ante las vicisitudes de la vida los niños sientan que existe un adulto que con su presencia, mirada, gestos, los guía, los contiene y así se sentirá protegido. No es solucionar los problemas, es acompañar al pequeño para que pueda con la ayuda de un adulto enfrentar las dificultades.
Por último, los padres relatan la verdad familiar para que el chico se sienta confiado en él mismo y en las personas y situaciones confiables. Cuando no se cumple esta función se produce desconfianza que conlleva a la pérdida de oportunidades o lo contrario, confiar en cualquiera y no cuidarse.
Los hijos no son proyectos personales, son seres humanos que necesitan para desarrollare correctamente amor con límites, sostén emocional para sentirse protegido y conocer la verdad familiar para sentirse confiado, tener fe en la vida y así cuidarse
Las funciones educacionales son tan importantes como las anteriores, pero a veces cuesta captar la importancia de las mismas. De nada vale ser un excelente chofer si tu hijo no se siente querido o tener muchos objetos materiales si no se siente protegido ni confiado.
Las funciones educacionales no se pueden tercerizar, las otras sí ya que siempre encontrarás un chofer o acompañante. La educación emocional es patrimonio de los padres.
Es psicoterapeuta gestáltica. Se dedica niños, adolescentes y adultos, y trabaja en el apoyo de padres. Implementó “terapia de alcance breve”, que en cinco sesiones trata temas concretos. Es conferencista y escribió varios libros.
Podés contactarla en su web, página de facebooko a través del teléfono celular 099 289 282.