En esta nota les quiero dejar mis deseos para estas épocas que son tan complejas para quienes estamos criando niños. Se supone que llega la navidad y fin de año y todo significa fiesta y celebración, vacaciones, descanso. Pero para muchos esta época del año en realidad se vuelve más compleja y significa agotamiento y un aumento importante en la lista de pendientes.
¿Qué van a hacer en navidad?, ¿dónde vamos a pasar?, ¿qué te vas a poner?, ¿qué vamos a comer?, ¿cómo vas a vestir a los niños?, ¿qué regalos les vamos a hacer?, ¿dónde festejamos el año nuevo? Y muchas otras preguntas que se suman a resolver el vestuario para la fiesta de fin de año del jardín o escuela o las dos cosas en caso de que tengas más de un hijo. Los regalos para los docentes, los cierres de actividades extracurriculares, las despedidas del trabajo, las despedidas con amigos, los regalos para el "amigo invisible" y podría seguir nombrando, todos los mapadres sabemos que esta lista es larga…
Todo esto acrecienta la carga en nuestra espalda, el cansancio, el mal humor, el estrés y eso influye en nuestros hijos y obviamente en cómo llegamos a pasar las fiestas. Por eso en esta nota te cuento lo que me recomendó Romina Patriarca, psicóloga, terapeuta gestáltica y diplomada en primera infancia.
Mi consulta hacia Romi se generó en el deseo de pasar una navidad más tranquila y en sintonía con mis hijos, para poder acompañarlos y generar momentos de armonía y disfrute.
Acompañar las emociones de los niños
La ansiedad y el estrés que nosotros sentimos también lo sienten nuestros peques y eso puede devenir en mayores desbordes emocionales.
Romina explica que cuando hablamos de las emociones, muchas veces nos viene la idea de emociones "buenas" versus emociones "malas". Las emociones son, y llegan para mostrarnos cómo está nuestro mundo interno y cómo interpretamos lo que sucede a nuestro alrededor. Todas cumplen funciones importantes y todas son válidas.
Si hablamos de alegría, seguramente coincidamos en que es una emoción que no implica un desafío al momento de acompañar a nuestros hijos, es más, es una emoción que nos resulta placentera, nos gusta estar ahí para compartirla con ellos.
Pero, ¿qué pasa si la emoción es el enojo? Entonces la situación puede resultar más cuesta arriba. Y seguramente dependiendo de la intensidad, del día, y de nuestro estado también, podremos acompañarla de mejor manera o no.
Acompañarlos a transitar sus emociones es el desafío, sobre todo cuando se presentan las emociones que podemos llamar displacenteras, como el enojo o la tristeza. Para que puedan buscar formas, cada vez más funcionales de transitarlas, de buscar sus soluciones, de gestionar el conflicto.
Para esto es bueno saber que lo importante es acompañar y validar la emoción, pero no permitir las manifestaciones que dañen, esto se reduce a seguir 3 simples reglas de cuidado, o un límite a la expresión de esa emoción, que consiste en que no se dañar a sí mismo, ni a ninguna de las personas que se encuentren ahí, ni el ambiente junto con las cosas que lo componen.
Según cada familia, cada niño y en ese momento pueden funcionar de manera diferente y por eso es importante que encuentren el que les funciona a ustedes.
Les comparto algunos generales y otros más relacionados con estas fechas:
● Permitir la descarga, ya sea mediante el llanto, gritar, dibujar, golpear o apretar un almohadón.
● Parar y respirar. Para conectar con lo que esa emoción está provocando en nosotros, para a la vez poder acompañarlos mejor. Esto no quiere decir fundirnos en la emoción de ellos, sino poder acompañarlos, respetando y validando, intentando que cada vez más vayan reconociendo lo que les sucede.
● Conversar, luego de la situación, poder hablar sobre esas emociones. Ponerles nombre, preguntarles qué sintieron, si se daban cuenta si estaban enojados, tristes... Sobre todo cuando son chiquitos podemos guiarlos con algunas preguntas, o contarles lo que a nosotros nos parece y ofrecer alternativas.
En torno a estas fechas especiales, Romina también nos recomienda:
● Tener en cuenta la rutina y entender que el ritmo de los niños es distinto entonces saber que puede que no lleguen despiertos a la medianoche, que necesitan dormirse antes o hacer siesta.
● Entender que quizá no llegan con la vestimenta planificada para las fotos o que quizá no se sientan cómodos y no disfrutan estar toda la noche sin poder jugar por cuidar el estado de la ropa.
● No obligar a las infancias a dar beso, porque son fechas muy especiales donde quizá no tengan ganas de saludar ya que se encuentran con familiares que no ven todos los días.
● En la misma línea, no pretender que conversen con ese familiar que ven solo una vez al año.
● No opinar sobre crianzas ajenas, todos sabemos que es difícil y que es importante que cada familia siga lo que le hace bien y colaboremos con el clima de armonía sin dejar de poner límites sanos.
● Si elegimos generar o acompañar la fantasía de Papá Noel: qué mejor que vivirla desde la magia, la ilusión, la espera, lo lindo, lo compartido, el placer de que nos regalen y regalar, sin chantajear a los niños para que se "porten bien".
● Evitar que los niños se encuentren abriendo montones de regalos, de toda la familia, sin conectar muchas veces con lo que están recibiendo, ni con la gratitud, porque están abrumados por la cantidad de regalos.
● Esto no quiere decir que no regalemos, ni que nos apeguemos literalmente a la regla de los cuatro regalos (que a veces resulta difícil cuando la familia es grande por ejemplo).
Como en todo no hay recetas mágicas. La propuesta es encontrar una forma de poner sensatez al momento de regalar, para no saturar a los niños de juguetes y cosas que no necesitan o que no quieren muchas veces, sino que responden a una necesidad de satisfacción de los adultos.
Nuestros deseos en estas fiestas y año nuevo
Les deseamos que, más allá de las tradiciones y las creencias, cada uno y cada una lo pase donde quiera estar. Con quien quiera estar, con la familia grande, con la familia chiquita, con amigos o a solas.
Que lo que reine sea la armonía y hacer lo que necesitamos para estar en sintonía con nosotros mismos y con nuestros hijos.
Que los compromisos no transformen estas fechas en un ítem más a nuestra carga mental, que las podamos disfrutar.
Derribemos lo que no suma y festejemos desde lo auténtico y esencial.
Natalia Villanueva
Nati, mamá de Martina y Salvador, creadora de Puérpera mía, donde ayudo a las mamás a prepararse para su post parto. Gestora de la guía para la maternidad, una comunidad de emprendimientos y profesionales que acompañan a las mamás y a las familias en Uruguay.
Podés seguirla a través de las cuentas de Instagram @puerpera_mia y @guiamaternidad.uy