Guardia pediátrica: cómo distinguir una Otitis media serosa de una Otitis media aguda

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Procedimiento. El paciente se autoexamina y provee de información al médico para el diagnóstico. (Foto: Gentileza Asesp)

CON LOS HIJOS

Alicia Fernández, nuestra pediatra de cabecera, se refiere a una dolencia que es el motivo más frecuente de consulta en niños por debajo de los seis años.

En una columna anterior nos referimos a la otitis externa vinculada a las piscinas. En esta oportunidad nos adentraremos en el oído para hablar de la otitis media, uno de los motivos más frecuente de consulta en niños por debajo de los 6 años con mayor predisposición en menores de 2 años.

El oído medio es parte de un sistema que incluye las fosas nasales, rinofaringe y trompas de Eustaquio por delante y, en la parte posterior, la mastoides que es el hueso que tocamos por detrás del pabellón de la oreja.

La disfunción de la trompa de Eustaquio sería el factor determinante más importante para la enfermedad del oído medio. Esta trompa cumple tres funciones fundamentales: proteger a este sector del oído del pasaje de secreciones desde la rinofaringe, drenar las secreciones producidas en el oído medio hacia rinofaringe y regular la presión del oído medio.

Si una de estas funciones se altera, el oído medio se llena de líquido sin infección (otitis media serosa) o con infección (otitis media aguda).

La obstrucción de la trompa puede ser funcional y esto es muy frecuente en menores de 3 años por las características propias de esta edad, el drenaje del oído en la rinofaringe en forma más horizontal, hace que cuando hay obstrucción nasal la trompa se tape y el oído duela, como sucede tan frecuentemente cuando están resfriados.

La obstrucción mecánica puede ser secundaria a vegetaciones o vinculada a inflamación o alergia.

Los síntomas en la otitis media serosa suele ser la disminución de la audición acompañada de otalgia (dolor de oído) por el aumento de la presión en el conducto auditivo interno.

En la otitis media supurada los síntomas más frecuentes son fiebre, otalgia, dificultad para alimentarse (la succión aumenta el dolor), pudiendo acompañarse de vómitos e incluso diarrea.

El diagnóstico clínico no ofrece mayores dificultades. La otoscopia que la puede realizar un pediatra entrenado en dicho procedimiento puede fallar por diversas razones y fundamentalmente por imposibilidad de ver la membrana timpánica por descamación en el conducto auditivo externo y obstrucción por cera.

La otitis media aguda puede cursar con tímpano integro o perforado, en este último caso la supuración se hace ostensible.
En la otitis media aguda, la etiología habitualmente es bacteriana lo que justifica el tratamiento antibiótico cuando se realiza este diagnóstico, debiendo acompañarse de analgésicos / antiinflamatorios como dipirona, paracetamol, ibuprofeno (recordar que este último no debe ser administrado en menores de 6 meses).

En el caso de la otitis media serosa, la desobstrucción nasal, los corticoides en algunos casos, la resección de las vegetaciones cuando son importantes e incluso la colocación de tubos transtimpanicos pueden ser necesarios.
Esperando haber sido clara, nos vemos en la próxima.

Conocé a nuestra columnista
Alicia Fernández. Foto: El País
Alicia Fernández

Médica pediátra
Coordinadora Área Programática de la Niñez
Dirección General de Salud

Podés seguir a nuestra pediatra de cabecera en Twitter como @AliFernandezUY

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