Con los hijos
Los factores de riesgo para el desarrollo de estas enfermedades se presentan en etapas cada vez más precoces de la vida, incluso antes del nacimiento del bebe.
En esta nueva columna hablaremos de prevención, con el foco en el fomento de estilos de vida saludables con el objetivo de prevenir las llamadas enfermedades crónicas no trasmisibles.
Estas enfermedades son de larga duración, generalmente de progresión lenta y se denominan así para diferenciarlas de las enfermedades transmisibles o infecciosas, encontrándose en este grupo las de causa cardiovascular, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes.
Importa hablar de este tema hoy, como pediatras porque los factores de riesgo para el desarrollo de estas enfermedades se presentan en etapas cada vez más precoces de la vida, incluso antes del nacimiento del bebe.
Las medidas de prevención incluyen un adecuado control del embarazo, correcta alimentación materna, promoción de la lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses de la vida con la incorporación de una alimentación complementaria adecuada a partir de esa edad, manteniendo el pecho hasta el año e incluso hasta los 2 años o más siempre que el niño reciba todos los alimentos que requiere para su adecuado crecimiento y desarrollo, un estilo de vida saludable con actividad física, en ambientes libre de tabaco y sin consumo de este, alcohol y otras drogas.
Los hábitos alimentarios tienen un rol fundamental en la prevención de estas enfermedades y la infancia es el momento oportuno para la adquisición de los mismos que persistirán en la adultez.
Al comenzar la alimentación complementaria los alimentos se pueden agregar en forma variada y completa, inicialmente como papilla y a medida que el niño va creciendo, se comienzan a cambiar las texturas. Debemos evitar el agregado de azúcares o sal en los mismos y promoviendo el consumo de agua como única bebida además de la leche.
Tenemos que fomentar el consumo de la fruta evitando la ingesta del jugo en menores de 1 año y limitándolo posteriormente. Podemos tomar jugos, pero no en forma exagerada. Hay que fomentar la comida casera saludable, los alimentos con fibras, evitar las grasas trans, los snacks, la comida chatarra.
Debemos intentar que el momento de la comida, sea en familia, sin pantallas, enseñarles cuando comienzan a crecer el valor de desayunar, comer lo necesario para satisfacer la necesidad, adecuando la porción a la edad, el peso y la actividad.
Pero además de que nuestros niños se alimenten adecuada y saludablemente, debemos fomentar en ellos la realización de actividad física, en entornos seguros, con las medidas de seguridad que correspondan para cada edad y así evitar lesiones no intencionales. Debemos compartir los momentos de esparcimiento, al aire libre y no fomentar el tiempo que permanecen frente a la televisión u otras pantallas.
Médica pediátra
Coordinadora Área Programática de la Niñez
Dirección General de Salud
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