Por Natalia Villanueva

En esta columna te quiero contar que hay una manera de sentirte acompañada en tu puerperio y maternidad, así como también en la crianza.

La maternidad, para la mayoría, significa un vuelco que nos deja patas arriba y vivimos cosas que sentimos que nunca nos habían contado, porque muchas son tabú o porque cuando nos las dijeron nuestra percepción no era la misma que cuando las vivenciamos en carne propia.

Cuando nos convertimos en padres todo en nuestra vida se transforma para cuidar de ese nuevo bebé que tanto nos necesita

La maternidad biológica cambia nuestro cuerpo, nos atraviesa y también cambia nuestra relación con este nuevo cuerpo de mujer-madre. Si tenemos pareja, nuestra relación cambia. También cambia nuestra relación con nuestros familiares y nuestras amistades. Cambia nuestra relación con el empleo, el cuidado y la conciliación se convierten en una quimera. Incluso para muchas cambia la forma de ver la sociedad.

Pero además existen estudios que confirman una transformación real en el cerebro de las madres y de los padres, lo que se conoce como plasticidad cerebral: estos son cambios producidos a partir de la experiencia de crianza. Esto confirma que tener hijos modifica el cerebro de una madre o de un padre más allá de la gestación o paternidad biológica.

Y a nosotras, ¿quién nos cuida?

Cuando fui mamá por primera vez, me di cuenta de que la sociedad no está preparada culturalmente para sostener a una nueva mamá, o una nueva familia. Me di cuenta de que la sociedad y el sistema en el que vivimos no están pensados, ni son amigables para los niños o para las madres puérperas, que necesitan de otros tiempos y otro ritmo.

Sería muy diferente si socialmente se entendiera el cuidado como una responsabilidad colectiva. « (…) Ser cuidado es un derecho y cuidar es un deber en una sociedad que sitúe en un lugar prioritario la vulnerabilidad de la vida. (…) El problema que tenemos es que vivimos en una sociedad que menosprecia la fragilidad humana.» Dice Esther Vivas en su libro Mamá Desobediente.

Se niega que el bebé necesita los brazos y el contacto con sus padres, se niega que necesita que lo atiendan cuando llora, entre muchas cosas más. De igual forma no se habla de la depresión posparto, ni de la sensación de soledad o del cansancio abrumador del puerperio.

Todas estas invalidaciones nos llegan en frases como: «no lo aúpes tanto que se va a malcriar», «déjalo llorar que tiene que aprender», «tenés que disfrutar de tu bebé, de tu embarazo, es la etapa más linda» «tenés que dejarlo para que sea más independiente» «tenés que estar contenta»... Todas de alguna forma nos sentimos juzgadas, invalidadas, cuestionadas por opiniones y comentarios como estos.

Siento que debería ser de primera necesidad cuidar la salud emocional de la mamá en puerperio, ya que redunda en bienestar familiar, quisiera que cómo sociedad miremos con empatía y respeto a la nueva familia. Entre todos podemos cambiar la mirada y ser partícipes de cuidar a quienes cuidan, todos podemos poner nuestro granito de arena, a través de un llamado telefónico, ofreciéndonos para hacer un mandado, al llevar comida, ayudar con la limpieza, lavar la ropa del bebé, cuidar un rato del hermanito mayor, preguntar cómo se sienten y qué necesitan, son acciones que las mamás y papás recientes valoran y les gustaría recibir más seguido.

Una red de sostén para las familias

Con el nacimiento de mi hija, también nací yo como mamá, y como nueva mujer-madre, con otros pensamientos e intereses. Fue desde esa búsqueda de querer entenderme, de querer aprender más sobre todo lo que estaba atravesando en este nuevo mundo de la maternidad que conocí a muchas emprendedoras y emprendedores, profesionales de la salud, organizaciones que cuidan a las familias recién nacidas; personas reales, empáticas, respetuosas y con propuestas muy valiosas para sentirnos acompañadas en todo este pasaje por la maternidad.

Hoy podes encontrar todo ese acompañamiento en una guía, gratis y práctica para que puedas acceder cuando necesites, profesionales y emprendimientos que se dedican al cuidado de las familias, desde el embarazo hasta los primeros años de crianza:

Asesoras de lactancia, psicólogas perinatales, doulas, parteras, masajistas, psicomotricistas, nutricionistas, fotógrafas y una larga lista de profesionales dispuestos a acompañarnos en cada proceso.

La Guía para la Maternidad es una herramienta necesaria y de gran valor para las nuevas familias, todas alguna vez nos sentimos solas en este mundo de la maternidad, pero quiero que sepas que ya no, hay una red enorme de mujeres que estará para vos, para cuidarte tanto como lo necesites.

En unos días será el lanzamiento 2023 y para no perderte de nada te invito a que nos sigas en @guiamaternidad.uy este camino lo recorremos juntas.

CONOCÉ A NUESTRA COLUMNISTA

Natalia Villanueva

Nati, mamá de Martina y Salvador, creadora de Puérpera mía, donde ayudo a las mamás a prepararse para su post parto. Gestora de la guía para la maternidad, una comunidad de emprendimientos y profesionales que acompañan a las mamás y a las familias en Uruguay.

Podés seguirla a través de las cuentas de Instagram @puerpera_mia y @guiamaternidad.uy