Vuelven las clases y para muchas familias, vuelve el temor a los llantos en la puerta del jardín, de los berrinchesal salir de casa, de las angustias, de los miedos, de las súplicas para no ir a la escuela.
¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros hijos en esta etapa? En la columna de hoy te comparto 10 ideas que pueden ayudarte pero sobre todo, ayudar a los peques a transitar esta etapa con menos aprensión y estrés.
Ir preparando el terreno
Las vacaciones suelen ser cortas para los grandes pero eternas para los niños. Por eso para ellos, volver al cole puede parecer volver a una vida pasada que después de varios meses de vacaciones, quedó totalmente en el pasado. Por ello es necesario irlos acercando poco a poco a esta idea, trayendo el tema a la conversación cotidiana de manera natural y sobre todo positiva, para que así cuando llegue el día de retomar esta actividad, no les parezca un cambio de golpe que los estrese y llene de ansiedad. Podemos aprovechar de paso no sólo para ir generando curiosidad con temas como ¿quién será la maestra este año? ¿tendremos compañeros nuevos? ¿cuáles serán los juegos preferidos del grupo? etc y así entendiendo cuáles pueden ser sus principales miedos o motivos de aprensión, en los más grandes, o bien ir adelantando la idea de todo lo que podrán hacer de divertido en el jardín, para los más pequeñitos.
Anticipar el primer día
Más allá de esta preparación general del terreno, conviene también, sobre todo en los más chicos, explicar claramente aquello con lo que se encontrarán en ese primer día específicamente. Nada baja mejor la ansiedad de los chicos que el saberse en control de la situación por poder adelantar la película en sus cabezas y sentirse preparados. Por eso los niños aman ver películas una y otra vez y nunca se aburren. Porque al contrario de los adultos, que si ya conocemos el desenlace, nos aburre el proceso, a ellos les divierte saber que van adivinando lo que va a suceder a continuación y confirmar una y mil veces que las cosas suceden tal como las predijeron. Por eso, aplicar este consejito puede ser una excelente forma de que vean sus fantasías vueltas realidad en lugar de que se estresen imaginando qué sucederá ahora.
Llegar temprano
Nada peor que llegar tarde a una reunión grande para sentir los ojos de todos sobre nuestra cabeza ¿o no? Con los chicos pasa igual. Cuando son los últimos en llegar a un cumpleaños de un amiguito por ejemplo y la fiesta ya comenzó, les cuesta más integrarse porque sienten que el grupo ya está en la suya y que son observados como los outsiders de la situación. Para que por el contrario se sientan dueños del lugar, conviene ser de los primeros en llegar siempre. De esta forma serán ellos quienes irán recibiendo a los demás amigos, ganando confianza y aplomo.
Reacomodá la rutina de sueño
Y nada mejor para lograrlo que haber logrado acostar a los chicos temprano y asegurarnos así que puedan levantarse en hora y llegar al cole descansados. Nada es más estresante que la corrida matinal cuando hay que levantar a los chicos si éstos están dormidos como piedra. Y como en las vacaciones es usual que los horarios cambien así como las rutinas de toda la casa donde seguramente nos hemos acostado mas tarde y levantado más tarde de lo habitual, es bueno que unos días antes del reinicio de clases, nos propongamos reordenar la agenda familiar y volver las rutinas a su ritmo original.
Llevar un objeto de apego
Otra forma de minimizar la sensación de desprendimiento de casa, de mamá y papá etc, para los más chiquitos es ofrecerles llevar su juguete o peluche favorito o quizá incluso su mantita de apego si es que la tienen, su almohadita preferida para dormir la siesta o cualquier otra cosa que les sea significativa y que en momentos de flaqueza, los haga sentir en contacto con sus seres queridos y que les ofrezca algo conocido en ese nuevo lugar.
Dimensionar la estadía
Un error frecuente que cometen a veces los padres es querer minimizar el tiempo que durará ese desprendimiento o peor aun mentirles que serán "tan sólo 5 minutos". Si lo hacemos, puede que el niño no nos crea, se dé cuenta en seguida por nuestra actitud, tono de voz o lenguaje corporal que le estamos mintiendo y eso mine su confianza y su seguridad aun más para atravesar este trance o peor aun, que sí nos crea y que luego compruebe con desesperación que ha sido engañado y ahí todas sus certezas, todo aquello que les hayamos dicho sobre lo que vendrá a continuación ese día, también sea falso.Mucho mejor es poder explicarles, con ejemplos claros, el tiempo aproximado que estarán en la escuela, apelando a comparaciones que puedan llegar a tener sentido para ellos y como mucho asegurarles que estarán tan divertidos que ese rato pasará volando.
Mostraté tranquila y feliz
Muchas veces nos quejamos de que los chicos están nerviosos con el inicio de clases pero no nos damos cuenta que nosotros mismos lo estamos también, quizá por vaticinar que ellos lo estarán luego, generando un círculo vicioso que se transforma en el dilema del huevo o la gallina: ¿Nosotros estamos nerviosos porque ellos lo estarán, o ellos están nerviosos porque nos ven estarlo a nosotros antes?Si ellos nos ven nerviosos o hasta nos escuchan comentarla a terceros que nos preocupa cómo reaccionarán, si nos extrañarán, si se adaptarán rápido etc, es muy probable que se carguen de ansiedad y sus miedos se disparen. Al fin y al cabo, nosotros marcamos el "Do" de su partitura siempre y si nos ven flaquear, dudar, es lógico que piensen que nuestros motivos tendremos.Por eso es importante que siempre que les adelantemos cosas sobre este nuevo año que empieza, lo hagamos en momentos de distensión, alegría y buen entendimiento y que jamás, jamás, jamás usemos el inicio de clases como amenaza de nada. Frases como "ya vas a ver cuando empieces la escuela, ya te van a dar a vos si hacés ahí lo mismo que hacés en casa, la maestra te va a rezongar si te ponés así, etc, sólo aseguran una cosa: la escuela no nos va a tener tantas contemplaciones como mis padres, y eso, no es bueno.
Asegurale que volverás a buscarlo
Parece una obviedad pero los niños tienen que estar hiper seguros de que volveremos. Sobre todo los más chicos, para quienes a veces todo parece "para siempre". Y el momento del adiós, no es el mejor para explicar tranquilos y racionalmente que volveremos pronto por ellos. Sobre todo si hay llantos. Porque cuando el estrés se ha disparado, los chicos no escuchan. No escuchan porque no pueden, porque están con el cortisol a pleno y sencillamente es como si su cerebro se cerrase por un momento.Por eso, cuando estemos charlando con ellos, adelantándoles el reinicio de clases, conversando del tema, tanteando miedos o imaginando travesuras y actividades divertidas, y aprovechando para irles contando cómo será su primer día, incluyamos ya de paso esta aclaración remarcando quién será que los irá a buscar y qué harán luego
Despedite siempre y sin titubear
El momento de la despedida suele ser el más difícil sobre todo para los más chiquitos. Es importante que ellos nos vean bien plantados y seguros o sólo lograremos estresarlos más. Esperar un momento de distracción del niño para desaparecer repentinamente con la esperanza de que de esa forma le sea más fácil separarse de nosotros u olvidarnos, nunca es una buena estrategia. Al sentimiento de abandono y por que no también de "traición", se le sumará la inseguridad de cuántas veces más les podrá suceder lo mismo y generará más aprensión al despegue en los próximos encuentros. Despídete siempre con alegría, que vean la ilusión qe te provoca saber lo que les espera. Valida sus emociones junto con las tuyas. Es preferible admitir que tú también los extrañarás y está bien hacerlo pero que sabes la van a pasar genial, que minimizar sus sentimientos. Pero una vez que te despidas, sigue adelante. Las idas y vueltas y los titubeos sólo logran borrar con el codo lo que acabas de escribir con la mano, y estiran ese momento difícil aumentando la confusión. Si te ven ir tranquila, entonces creerán de verdad en lo que les has dicho. Al fin y al cabo, mamá no se iría tan tranquila si no fuese cierto que voy a estar bien que la voy a pasar genial.
Armá un plan divertido para la salida
Para que las promesas sean creíbles y creídas en el largo plazo, nada mejor que cumplirlas a pie. Si prometiste armar un plan divertido para la salida, cúmplelo a rajatabla aún si tu hijo o hija salió contento y feliz y no parece ya necesitar más consuelos o incentivos. Si confía en que lo planeado se cumplirá, te será además más fácil repetir esta estrategia algún día que le cueste mas que otros entrar a la escuela. Y además, reforzarás la idea de que haber ido a la escuela es algo que merece ser celebrado.
Claudia Guimaré
La socióloga uruguaya y especialista en marketing y comunicación es la fundadora de Mamá estimula. En el grupo que administra desde Argentina, comparte materiales educativos y soluciones para padres.
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