Con los hijos
La psicóloga Vanessa Zambrano aseguró que las conductas adictivas se vinculan con temas emocionales y situaciones que no tienen un manejo adecuado.
Más allá de los numerosos cambios a nivel sanitario y de relacionamiento social que trajo la pandemia, una de las tendencias generadas por el COVID-19 ha sido elaumento considerable del uso del Internet.
Acceder a Internet nos ha traído muchos beneficios, como el desarrollo de la teleducación para fomentar el aprendizaje de los niños y adolescentes en pandemia, pero un uso incorrecto de esta plataforma podría generar una adicción en los niños y adolescentes.
Aunque la exposición al Internet por sí misma no genera adicción, aclara Vanessa Zambrano, psicóloga y jefa de talleres del programa Controla Tu Red - Perú de Fundación Mapfre. Asimismo, detalla que “cuando se habla de conductas adictivas se vinculan con temas emocionales y situaciones que no tienen un manejo adecuado”.
Un estudio realizado en el año 2016 se enfoca en las señales de alerta emocionales que desarrollan los jóvenes cuando tienen adicción al Internet. Algunas de ellas son las siguientes:
Aplazamiento de necesidades vitales: El 33% suele posponer su sueño por estar conectado en vez de descansar. El 7% ha dejado de comer por estar conectado.
Preferencia por el aislamiento: Estar solo, sentirse solo, descuidar relaciones personales, es una señal de posible depresión. Los adolescentes que muestran un mayor riesgo de adicción a Internet presentan una preferencia por estar solos en mayor proporción que aquellos menores que no muestran señales de alerta.
Pérdida de control: Empiezan a mostrar síntomas de abstinencia y desarrollo de tolerancia: el 20% dice que no puede estar desconectado; un 24% piensa que debería controlarse y no puede; 7% confiesa que cada vez necesita estar más tiempo conectado para sentir la emoción de antes.
Ansiedad: El 16% siente ansiedad frecuentemente cuando no puede conectarse. El 15% manifiesta que, si se quedara sin el celular, haría lo que fuera por recuperarlo.
Frente a esta situación es esencial que los padres de familia presten atención a sus hijos en cuanto a la interacción y al uso del Internet y las redes sociales, además de percatarse si hay un desarrollo de nuevas conductas. Es importante informarse sobre el uso correcto de las TIC y no simplemente rechazarlas.
Se recomienda escuchar al menor sin juzgarlo, saber sus gustos en internet y comprenderlo, para que puedan compartir juntos espacios donde se aproveche en educar sin prohibir y aconsejar sin quitarles privacidad.
Sin una adecuada supervisión y un uso incorrecto del internet, los menores podrían estar expuestos a peligros como el ciberbullying y el ciberacoso de conocidos y desconocidos.