El verano es una época complicada para mantener rutinas, más allá de si estamos o no de vacaciones. La clave de esta estación tan particular es la flexibilidad, siempre y cuando no descuides el descanso de los más pequeños de la casa.
Ahora, ¿en qué consiste esta flexibilidad? En jugar un poco con los horarios, lugar o duración de las siestas hasta el punto que sintamos que ya no están siendo tan buenas como antes.
En esta nota te voy a dar distintos tips para que las siestas en verano sigan siendo reparadoras y el descanso nocturno no se vea afectado:
Siestas en la playa
Son ideales, abajo de la sombrilla, pero ¡ojo! no son igual de restauradoras que una siesta acostado en una cuna con oscuridad total y tranquilidad. Además no son para todos los niños: inténtalo un par de días, con distintas estrategias pero siempre ayudándolo a relajarse (seguramente sea en brazos) antes de que se duerma.
No todas las playas son ideales para dormir, las que tienen música a todo volumen, gente jugando a la pelota cerca o playas atiborradas de niños que gritan o lloran no son buena idea para esta misión.
Si tu bebé aún duerme 3 o más siestas, mi recomendación es que haga por ejemplo la de la mañana en la playa, la del mediodía en una cuna o cama o algo que ayude a descansar mejor y la última puede ser en la playa otra vez. La del medio si o si tiene que durar por lo menos una hora para que sea súper reparadora.
Si tu bebé está solo con dos siestas, te recomiendo similar a lo anterior, que la primera sea en la playa y la segunda en una cuna (acordate mínimo una hora, tiene que recuperarse de lo que cansa la playa).
Si la siesta en la playa no es para tu bebé, entonces vas a tener que resignar un rato y que un adulto se quede con el pequeño mientras duerme, no es negociable el descanso. Una cosa es un día (excepción) y otra es todos los días de las vacaciones. Aunque no parezca cansado insistí para que duerma igual, en un ambiente tan atractivo como la playa todo es más divertido que dormir y no va a querer al principio; aléjalo de tu sombrilla y tenele mucha paciencia porque es completamente normal que le lleve más tiempo de lo que lo lleva habitualmente conciliar el sueño, por eso mismo no esperes a último momento para hacerlo dormir, ¡evita el sobre cansancio!
Siestas en el auto o cochecito
Ya sabemos que no son tan reparadoras como una siesta en cuna o cama pero si vas a hacer un viaje largo en auto, seguro que preferimos que duerma ahí y no que pase todo el tiempo despierto e incómodo. Si la siesta fue así, entonces a la noche acostalo más temprano o que haga una siesta cortita al llegar.
Siesta ooops!
Es esa siesta que ocurre en cualquier momento simplemente porque está tan cansado que se queda dormido donde y cuando sea. Esta siesta es muy común en vacaciones pero ojo que te puede jugar en contra en la noche.
Ayuda para paliar el mal humor especialmente cuando los acostamos más tarde de lo normal, intentá que no sustituya la siesta normal y en el horario que no complique la noche y que no sea muy larga (no más de 40 minutos, sé que es muy tentador dejarlos dormir pero después en la noche cuando no se quiera dormir se van a arrepentir).
Acordate que los niños se cansan mucho más por el calor (los adultos también) y por el nivel de actividad que solemos tener en el verano (el aire libre agota). Y eso no quiere decir lo que la mayoría de gente cree y repite que: “vas a ver que llegan agotados y duermen toda la noche”, créeme que no es así, porque cuando llegan muy cansados duermen peor. Así que las siestas son imprescindibles y si se levantan muy temprano igual (ojo con la luz que entra por la ventana) y como siempre les sugiero, no los acuestes muy tarde.
Luciana Jinchuk
Consultora de Sueño Infantil por el Family Sleep Institute. Mamá de Eva y Felix.
A través de su emprendimiento, Volver a Dormir, ha trabajado con más de mil familias en Latinoamérica.
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