* Por Mamás Reales
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El trabajo de Silvina Tocchetti considera al humano de manera integral. Ella es psicóloga, licenciada en medicina nutricional y especializada en lo que se llama “medicina funcional”. Es, de hecho, una de las mayores representantes y exponentes de esta medicina en la región, creadora de “Mind”, un espacio para acompañar personas con el objetivo de prevenir más que curar.  

Su experiencia clínica la llevan a afirmar con contundencia que la manera en que nos vinculamos con el ambiente influye de forma directa en el desarrollo de enfermedades crónicas, que existe un desfasaje entre los procesos naturales y el ritmo acelerado de vida, y que con escucha atenta es posible detectar y atender a tiempo enfermedades que aún están en construcción. De todo eso conversamos para un podcast que podrán escuchar en breve a través de Magnolio Podcast. Mientras, compartimos un adelanto de esta Conversación Consciente con Silvina Tocchetti.

 ¿Qué es la medicina funcional?

Hay una manera fácil de explicarlo y una más difícil. La fácil es que es una metodología o abordaje para crear salud, en un sistema donde se aborda la contención de la enfermedad, pero no la creación de salud. Trabajamos en todos los factores que uno puede modificar en su estilo de vida, que son muchos. Dicho así parece sencillo o hasta liviano, pero es poderosísimo. Contado de una manera más difícil, que es la definición clásica, la medicina funcional es el estudio de la individualidad de la persona en su bioquímica, fisiología y psicología en la interacción con su genética y el medio ambiente.

Entrar en un trabajo de medicina funcional es como auto-conocerse. ¿Está bien pensarlo así?

La medicina funcional te permite hacer un proceso de auto-conocimiento, sí. Lo comparo a la psicología. La psicología es a la psiquiatría lo que la medicina funcional es a la medicina, en el sentido de que tanto la medicina funcional como la psicología trata con procesos, no tanto con diagnósticos; trata de encontrarse con la persona en los procesos que van llevando a constituir la patología. A veces la persona ya está con un problema, pero otras, lo está construyendo, y todavía no tiene un nombre ese problema. Cuando eso sucede, las personas que llegan a mí me dicen que se sienten mal, pero que se han hecho estudios y les dicen que no tienen nada.

A veces no “tenés” determinado cuadro, pero estás yendo hacia ello. Y hay mucho que se puede hacer antes de que llegues. No hay que esperar a ese punto para crear salud.

¿Cuánto influye la aceleración de hoy en la enfermedad?

Estamos acelerados. Todo lo hacemos rápido y estamos todo el tiempo buscando. En este momento se necesita hacer una frenada. Pero también sé que esto de “vivir acelerados” es cíclico en la humanidad. Creemos que estamos en un mundo muy acelerado, pero esto ya pasó, desde la época de Alejandría. Siempre hubo tendencia al aceleramiento y a tener que lidiar con un montón de cosas nuevas. A la humanidad le ha pasado siempre esto, el tema es que vamos en un espiral ascendente, pero el concepto de aceleramiento no es nuevo.

Desacelerar tiene que ver con encontrar ese bienestar. ¿Es algo así como sostener alto el nivel de energía que tenemos?

La aspiración no sería sostener nuestra energía, sino que nuestra energía nos sostenga a nosotros, no correrla de atrás. La salud es como una cuenta de ahorro, hay que trabajar a priori, ahorrar y depositar en el banco y no pensar que está siempre llena esa cuenta y sacar hasta que un día no tengamos más.

Hay que empezar desde muy temprano a cuidar esa energía, en la casa. Lo primero es trabajar en uno. Los niños nos miran mucho más de lo que nos escuchan y van a seguir lo que hacemos. Generar el espacio para que puedan conectar con cómo se sienten, preguntarles, que puedan elegir. Creo que esta educación empieza en el hoy. Ahora.

Ya se sabe que el contexto en el que vivimos, contribuye en la expresión de determinados genes y apaga otros. ¿Qué cosas hay que tener en cuenta en una casa para promover un buen estilo de vida?

El observador es un tema central. Todo es según desde dónde te pares. Somos un 99.9% espacio según la física cuántica y un mínimo de materia sólida, depende donde esté la mirada del observador, hacia donde dirigís la energía, donde ponés el foco. Aquello a lo que das atención, crece.

Qué vida estás construyendo, qué estás eligiendo poner en ese recipiente que es la vida. Cómo cultivás ese espacio, ese tiempo que tenés. Lo que elijas acerca de cómo vincularte con tu vida, va a hacer mella sobre la epigenética, que constituye más de un 99% versus la genética que representa un 1%. Con cada cosa que elegís hacer, le estás dando instrucciones a tu genética. Y no solo a la tuya sino a la de tus hijos y nietos. No es para morirnos de miedo sino para entender la libertad y el poder que tenemos.

A veces se habla solo de los alimentos que le damos al cuerpo, pero nos nutrimos de otras cosas también: pensamientos, emociones, del vínculo que tenemos con nosotros mismos. ¿Cuál es una buena receta para vincularse con uno mismo y aumentar la cantidad de energía?

El diálogo interno. El cuerpo es tu primer otro y hay que estar atento antes de que nos grite, apenas empieza a susurrarnos. Cuidar la alimentación, hay que comer sano, por supuesto, pero adaptado a lo que necesito, permitirme los gustos. En el sueño, igual, hay que dormir tantas horas, pero está buenísimo tener noches en las que podamos salir a pasarla bien. Tiene que haber un diálogo personal. No hay una regla general.

¿Cómo podemos gestionar el estrés?

Generando espacio. Eso tiene que ver con que la torta es una, el tiempo es uno. Si decidís que querés incorporar esto y aquello, entonces tenés que pensar qué vas a sacar. En la clínica indicamos mucho a los pacientes la idea de poner un horario para apagar el celular, si tenés hijos, una familia grande, y estuviste para el resto del mundo todo el día, entonces la llegada a casa debería ser para otras cosas. Hay momentos de expansión y de contracción. Hay ciclos en las cosas. Uno duerme y luego vive el día. Uno expande y está abierto para todo el mundo y también contrae y queda adentro de casa, para el nido.

Mamás reales

Foto: Cortesía Mamás reales

Carolina Anastasiadis y Federica Cash comparten experiencias y conocimiento en “Mamás reales”, un blog que nació hace 10 años durante el embarazo de sus primeros hijos.

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