SEMANA DE TURISMO
Magdalena Dieste comparte varios consejos pero el primero y fundamental es que no se coloca nada en la valija “por las dudas”.
Un viaje es una aventura gratificante, sin embargo armar las valijas puede ser motivo de estrés. ¿Lo llevo por las dudas? ¿Y si hace frío? ¿Cómo elijo qué dejar?
Lo que se guarda y no se utiliza, no solo incrementa el peso del equipaje, sino también hace que la ropa elegida llegue a destino totalmente arrugada (por no decir amasada). Primer tip: no se coloca nada en la valija “por las dudas”.
Cada bolso, mochila o valija debe armarse con tiempo. Lo primero es seleccionar qué llevar, en función de variables como duración del viaje, clima del destino y actividades a realizar. Las prendas elegidas pueden requerir lavados, puestas a punto o incluso el viajero puede prever qué le hace falta previo a su partida.
Este detalle no es menor cuando el destino tiene temperatura “cambiada” con la estación local, si uno viajará en invierno y se instalará en el verano del otro hemisferio o viceversa. Vale revisar el ropero y acondicionar cada elemento del vestuario sin apuro para evitar sorpresas (hay que probarse todo antes).
Check list
Un listado con qué es necesario para el viaje será de gran ayuda para asegurarse que todo está pronto para sumarse al equipaje. Una lista que vale tanto para adultos como para decidir qué se llevará para los niños de la casa.
Con miras a cargar menos, lo ideal es elegir prendas combinables entre sí, para poder armar con las mismas piezas diferentes looks.
Polleras, shorts y pantalones se llevan en menor cantidad pero cada uno debería poder combinarse con, por lo menos, tres prendas superiores (ya sean remeras, camisas o buzos). Asi un jean dará vida a tres combinaciones diferentes. En el caso de adultos, vale agregar al bolso accesorios tales como cinturones, pañuelos o chalinas.
En función de los conjuntos que se armaron, se suma el calzado para el viaje. Un consejo importante: no se llevan zapatos sin estrenar de vacaciones (su comodidad tiene que estar comprobada). Tres pares deben bastar para una semana de paseo.
Una vez decidido qué vestimenta se llevará al viaje, será necesario pasar a otros rubros, por ejemplo, medicación, protectores solares, maquillaje, perfumes, cargadores para celulares (y adaptadores de ser necesarios).
El bolso de mano es importante y no debe armarse a la ligera. En caso de un viaje en avión, conviene que incluya una muda de ropa completa por si la maleta se extravía o tarda en llegar a destino. Cuando se viaja con niños, es importante sumarle alguna bolsa de nylon y también tollas húmedas.
Organización
No hay una única forma de organizar una valija, cada viajero tiene su propio método. Sin embargo, un consejo que vale para todos: un 20% de nuestro bolso, mochila o valija tiene que estar vacío, es necesario dejar espacio libre porque seguro uno regresa con alguna compra o recuerdito de regalo.
Cuando se trata de viajes específicamente de compras, lo ideal es llevar una maleta dentro de otra, de modo que ya se tenga previsto un contenedor para traer todo lo que se adquirirá en el destino.
Para ganar espacio extra en las valijas, un truco es comprar bolsas de vacío, de modo que las prendas que son voluminosas se compacten para ocupar menos lugar. Otra alternativa es hacer “rollitos” con la ropa, ofrecen la ventaja de hacer que ocupe menos espacio y, de paso, se logra que se arrugue menos (la desventaja es que puede hacer que nos tentemos a cargar de más).
En el interior de la valija, vale emplear bolsos organizadores para guardar prendas por categoría (por ejemplo para ropa interior y medias). A la hora de ubicar cada ítem, lo ideal es poner abajo los más pesado, como zapatos (cada par en una bolsa para no ensuciar la ropa) y lo más liviano en la parte de arriba.
Viajar con niños y no morir en el intento
Los más pequeños pueden viajar con una pequeña mochila donde ellos mismos pueden empacar algún juguete, como su peluche favorito, libros de cuentos, cuaderno y lápices de colores. Llevar un poco de “entretenimiento” hace más ameno el viaje y ayuda a acortar tiempo de esperas, por ejemplo, en conexiones aéreas.
Si tus hijos tienen alguna prenda favorita, vale incluirla en su equipaje. La idea será, tal como para los adultos, que cuenten con ropas cómodas. Optá por piezas que favorezcan su autonomía (que sepan vestirlas, zapatos sin cordones para atar o desatar).
Los niños pueden participar en el armado del bolso o valija para saber qué llevan. Como crecen tan rápido también será clave asegurarse que la ropa seleccionada no les quedó chica o apretada.
A la hora de calcular cuánta ropa llevarle a los niños, se estima que emplearán una muda y media por día (usan más que los adultos en el entendido que pueden ensuciarse o mojarse, por ejemplo).
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