A veces tenemos una gran cantidad de libros guardados, pero no empezamos a leerlos. Parece que no tenemos tiempo o energía para hacerlo. Si estás tratando de cultivar este hábito positivo, estas claves son para tí.
"Disparadores" diarios
Establecé tiempos determinados para empezar a leer. Por ejemplo: 1) leer luego de ver televisión; 2) leer durante el desayuno, el almuerzo y la cena; 3) leer cuando vas a la cama. Esos son cinco disparadores diarios y a 4 páginas por sesión (más o menos), suman un total de 20 páginas por día. Aunque no parezca, es un buen inicio, porque como siempre se dice, mejor hacer poco a no hacerlo.
Disfrutá de leer
No consideres la lectura como una tarea o como algo que tenés que hacer apurado para priorizar otras cosas “más urgentes”. En su lugar, pensá en las sesiones de lectura como un regalo que te hacés. Sumérgete en el mundo del libro y dejá que la nueva experiencia te cambie y brinde nuevas perspectivas.
Elegí libros que te llamen la atención
Este punto es un complemento del punto anterior. Si un libro te aburre después de unos días (porque le diste una oportunidad), dejalo.
El libro viajero
Tratá de llevar un libro a todos lados: podés aprovechar momentos en el ómnibus, en una sala de espera, en una fila, etcétera. Cualquier ratito puede aprovecharse. Si te distraés con tu texto, el tiempo de viajes o esperas pasará volando.
Dejá los aparatos electrónicos de lado
Lo mejor para concentrarse es dejar los dispositivos de lado, ya sea tu celular, tablet, computadora o televisión. Para disfrutar de la lectura, no dejes que te distraiga nada.
¿Cuántos libros leíste este año? Esta pregunta podría ayudarte a repensar tu hábito de la lectura, que además de agilizar la mente, cultiva nuestra imaginación.