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A los 39 años, hermanos gemelos se encuentran y descubren que tuvieron vidas idénticas

Sin saber de la existencia uno del otro, Jim Lewis y Jim Springer descubrieron, que habían estado llevando la misma vida en puntos diferentes del planeta.

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hermanos gemelos

Por El Tiempo (GDA)

Jim Lewis y Jim Springer, dos hermanos gemelos nacidos en 1940, fueron separados al nacer. Ambos llevaban una vida aparentemente normal hasta que, en 1979, no solo se reencontraron, sino que descubrieron que por más de tres décadas habían estado haciendo lo mismo.

Para empezar, los padres adoptivos de ambos hermanos les dieron el mismo nombre: James o Jim para abreviar. Sin embargo, las similitudes no se quedaron ahí. Desde sus intereses hasta el nombre de sus esposas, hijos y perros, los gemelos asombraron al mundo por las inexplicables coincidencias entre sus vidas.

Crecieron a unas 40 millas de distancia -Lewis fue criado en Lima (Ohio) y Springer en Piqua (Ohio) - y sin saber que eran hermanos separados al nacer, sus historias son tan similares que bien podríamos escribir sobre ellos como si fueran una sola persona.

Separados al nacer, pero unidos de por vida

Jim Lewis fue adoptado en 1940, cuando solo tenía tres semanas de nacido. Fue llamado James por sus padres adoptivos y, al igual que otros niños de su edad, llevó una vida tranquila: tuvo un perro al que nombró Toy, y disfrutó de sus clases de matemáticas y carpintería en la escuela. Eso sí, nunca desarrolló afinidad por la ortografía.

Cuando creció, Lewis contrajo matrimonio con una mujer llamada Linda. Más tarde se divorció y se volvió a casar, pero, en esta oportunidad, con una mujer llamada Betty. Del fruto de su unión nació su hijo James Alan Lewis.

A los 39 años, Jim Lewis llevaba una vida aparentemente normal. Trabajaba como guardia de seguridad, conducía un Chevrolet y era un ávido fumador. Hasta que descubrió, gracias a una imprudencia de su madre adoptiva, que tenía un hermano gemelo. Su impulso fue buscarlo inmediatamente y, una vez lo encontró, se llevó una gran sorpresa.

La historia de Jim Springer era, para sorpresa de muchos, prácticamente igual que la de Lewis. No solo tenía el mismo nombre y apodo que su hermano, sino que las coincidencias en su infancia y adultez excedían la ficción.

Un perro llamado Toy, un gusto por las matemáticas y la carpintería en la escuela, una esposa llamada Linda y, posteriormente, una de nombre Betty, y un hijo registrado como James Allan Springer, eran las similitudes que confirmaban que ambos Jim habían estado llevando una vida casi idéntica en puntos diferentes del planeta.

La única diferencia -en la que igual existe un poco de similitud- es que mientras Lewis se desempeñaba como guardia de seguridad; Springer era ayudante del sheriff.

Aun así, cuando se conocieron, descubrieron que ambos sufrían dolores de cabeza por tensión, se mordían las uñas, fumaban la misma marca de cigarrillos y vacacionaban en la misma playa de Florida, Estados Unidos, de acuerdo con el periódico británico ‘The Mirror’.

¿Coincidencia o genética?

Las semejanzas en el estilo de vida, las decisiones, los gustos e intereses de los gemelos, a 39 años de su separación, no pasaron desapercibidas entre la comunidad científica. Rápidamente el caso de ‘los Jim’ -como se les apodó después- llegó a oídos del doctor Thomas Bouchard, de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.

El equipo investigativo estudió 137 pares de mellizos, entre ellos, los hermanos Jim. El objetivo era analizar las características médicas y psicológicas de los gemelos. No obstante, el resultado llevó a exaltar la genética en el desarrollo de la personalidad de las personas.

Los dos Jim completaron pruebas de personalidad, historial médico y ondas cerebrales. Sus resultados dejaron al doctor Bouchard estupefacto, ya que ambos puntuaron notablemente igual en las tres áreas”, señaló ‘The Mirror’.

Para 2017, se supo que Lewis se divorció de Betty y se casó con una mujer llamada Sandy.

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