REALEZA

la nación / gda

La semana pasada, los duques de Sussex estuvieron presentes en algunos homenajes tras la muerte de la reina Isabel II como cuando se unieron a William y Kate para saludar a los británicos afuera del castillo de Windsor y cuando el ataúd de la reina llegó a Westminster.

Meghan Markle, la exactriz y mamá de Archie y Lilibeth, se había mantenido ecuánime y con un rostro neutral.

Sin embargo, el servicio funerario fue la despedida de Isabel II y no pudo evitar que unas lágrimas inundaran sus ojos. Captaron a la duquesa de Sussex mientras derramaba una al presenciar la procesión del féretro de la monarca.

Las acciones de Megan no fueron bien recibidas en las redes sociales, donde varios internautas aseguraron que eran "lágrimas de cocodrilo" ya que la relación entre ella y la reina no fue muy buena.

Otros cuestionaban la razón del llanto, si de debía a algún arrepentimiento por parte de la duquesa de Sussex o si se trataba de un show.

Incluso, hubo quienes relacionaban la reacción de Megan con la de su profesión, ya que antes de casarse con el príncipe Harry, ella se dedicaba a la actuación. En twitter hubo varios comentarios que manifestaban que el llanto de la duquesa durante el funeral merece un "óscar".

En la despedida, Markle no fue la única que derramó lágrimas, ya que otros miembros de la familia real sintieron una profunda tristeza que no pudieron ocultar. Al nuevo rey Carlos III se lo vio al borde del llanto luego de que el Arzobispo de Canterbury describiera a su madre como alguien que había tocado “una multitud de vidas”.

Mirror compartió que miles de personas se alinearon en la ruta de la procesión desde la Abadía hasta el Arco de Wellington, donde el féretro de la reina partió hacia su hogar en Berkshire, el Castillo de Windsor, y hacia su servicio de entierro. El personal del Palacio de Buckingham también se dirigió a las puertas de la residencia real para mostrar sus respetos. Alrededor del féretro iban los ecuestres del ejército y soldados de su compañía del primer batallón de guardias granaderos, que Isabel II comandaba personalmente.

Detrás se vio a Carlos y sus hermanos, la princesa real, el duque de York y el conde de Wessex, seguidos por los tres nietos de Isabel II, Peter Phillips, el duque de Sussex y el príncipe de Gales. Por su parte, las mujeres de la realeza viajaron en limusinas con la princesa de Gales, sus hijos George y Charlotte con la reina consorte, y la duquesa de Sussex con la condesa de Wessex.