Realezaa
El titular del principado desmintió una ruptura con su pareja que permanece internada en una clínica y reclamó privacidad para su familia.
Alberto II de Mónaco desmintió este jueves los constantes rumores que apunta a que tiene problemas de pareja con su esposa Charlene y apuntó que la princesa se está recuperando en el extranjero de las secuelas de las operaciones que ha sufrido este año.
"No sufre ninguna enfermedad grave o incurable, no es tampoco un problema de pareja. Nuestra pareja no está para nada en peligro, quiero ser claro sobre esto. Se trata de las consecuencias de todas las operaciones que ha sufrido en los últimos meses", indicó en una entrevista en el semanario Paris Match.
Charlene, de 43 años y antigua nadadora olímpica, cayó enferma en Sudáfrica, su país natal, en un viaje oficial efectuado en mayo y centrado en la conservación de la fauna salvaje y en la lucha contra la caza furtiva.
Desde entonces se le tuvieron que efectuar varias intervenciones, alguna de ellas bajo anestesia general, por las complicaciones en la infección otorrinolaringológica contraída.
La princesa regresó a Mónaco a principios de noviembre pero, según su marido, "a su vuelta fue consciente de que su estado de cansancio profundo no le permitía afrontar sus obligaciones" y de que necesitaba recibir ayuda.
"Decidimos juntos, con nuestra familia cercana, que lo mejor era que pudiera descansar tranquilamente, fuera de Mónaco, en el extranjero, por razones evidentes de discreción y comodidad", añadió el jefe de Estado, que confió en que ese "retiro terapéutico" le permita recuperarse completamente.
Charlene, según añadió, necesita tranquilidad: "Es necesario que todo el mundo lo entienda. Lo digo amablemente: Dejadla tranquila. Dejadnos tranquilos un tiempo".
Alberto II apuntó que sus mellizos, Jaime y Gabriela, de seis años de edad, echan de menos a su madre pero han reaccionado bien y saben que podrán verla "en cuanto sea posible".
Los pequeños están escolarizados en palacio hasta que la situación sanitaria mejore. Los acompañan dos niños y dos niñas de su anterior colegio y profesoras de ese mismo centro educativo, con un aula acondicionada para ellos "como una clase normal".