GOURMET
Eduardo Lanza, nuestro experto en vinos, cuenta sobre la bodega Zuccardi de Mendoza, una familia que es referente de la vitivinicultura argentina.
Los Zuccardide Mendoza son referentes e importan mucho en la vitivinicultura argentina. En 1963 el ingeniero Alberto Zuccardi plantó sus primeras vides, para poner en práctica un nuevo sistema de irrigación creado por él. Desde entonces la empresa familiar no dejó de crecer.
Hoy José, su hijo, y Sebastián, su nieto, siguen la exitosa senda del fundador, Se enfocan en la creación de nuevos vinos de alta gama y cuentan con unas 1.000 hectáreas de viñedos que los abastecen de la fruta necesaria para su producción.
Bodega Piedra Infinita
El distrito de Maipú los cobijó durante medio siglo y allí se ubica la bodega original. El crecimiento de la empresa los llevó a construir una segunda bodega –Piedra Infinita– más al sur, en el Valle de Uco, zona de mayor altura y de vanguardia dentro del Tupungato, con una variedad de suelos que estimula la experimentación, para obtener vinos que demuestren estas diferencias.
Recostado a la pre cordillera y con un imponente paisaje, el valle alberga a modernas bodegas de diseño como esta, con sus propios restaurantes de campo y hoteles boutique, como para redondear una estadía de varios días.
Un equipo pujante
Inaugurada en 2016, en esta bodega es donde Sebastián Zuccardi trabaja con bríos frente de un joven equipo agrícola y enológico, dedicado al estudio del terroir y de las diversas variables que inciden en la calidad del vino.
Hay viñedos que se cultivan a 1.500 msnm y suelos contrastantes que van desde los arcillosos hasta los muy pedregosos. Con una meta bien clara, a Sebastián le gusta definir su trabajo de esta manera: “No queremos lograr vinos perfectos, sino aquellos que expresen este lugar nuestro y la región también”.
Polígonos San Pablo Malbec 2020
San Pablo no sólo es la zona más elevada del departamento de Tunuyán, también es la más fría y por eso este Malbec es diferente. Fermentado en piletas de hormigón con levaduras indígenas, no lleva crianza en roble lo que le permite expresarse sólo con su fruta.
Es de color claro –puede confundirse con un Pinot Noir– y de aromas delicados, en la boca fluye con soltura y sus incipientes taninos apenas se agarran con mucha delicadeza. En resumen es un tinto de montaña moderno y bien disfrutable.
Iberpark lo importa y vende a $ 1.890.
?
Es Ingeniero químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas.
Es fundador de Catadores. Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino desde hace más de 25 años.