Bienestar
Una científica estudió el sueño de las personas para ver qué ocurre cuando se descansa menos del tiempo recomendado
Dormir poco por las noches puede ser muy malo para el cuerpo humano. El estrés, la ansiedad o las interrupciones delsueño suelen ser comunes y por eso una experta observó a los individuos mientras descansan para estudiar qué ocurre exactamente en el cerebro cuando se duerme menos de seis horas diarias.
La doctora Rebecca Robbins, profesora de medicina de la Facultad de Medicina en la Universidad de Harvard, indicó que alcanza con un solo cambio de una hora de sueño para que la diferencia sea significativa. “Una hora puede ser suficiente para desajustar nuestro reloj interno”, manifestó al periódico The Telegraph.
“Cuando cambiamos nuestros horarios de sueño una hora o más de un día para otro, estamos enviando señales al cerebro de que estamos intentando hacer la transición a una nueva zona horaria, lo que hace que el sueño de la noche siguiente sea un reto”, detalló Robbins.
La especialista, quien también es científica asociada de la División de Trastornos del Sueño y Circadianos del Hospital Brigham, afirmó que las toxinas liberadas por el cerebro pueden tener graves consecuencias. “Descubrimos que, a lo largo del día, el cerebro produce toxinas, cuya acumulación está asociada al deterioro neurocognitivo, como la enfermedad de Alzheimer y la demencia”, dijo.
“Hay un estudio muy interesante que ha analizado el rinovirus, un patógeno hermano del SARS-Cov-2. Los investigadores descubrieron que las personas privadas de sueño tenían un riesgo más de dos veces mayor de padecer resfriados y gripe”, detalló Robbins.
Sin embargo, la científica destacó que las vacunas pueden ser una solución. “En las personas que se vacunan, se observa un mayor desarrollo de anticuerpos para combatir el patógeno viral, y eso se acelera cuando se unen las citas de la vacuna con una duración del sueño saludable”, aseguró.
La experta reveló que establecer la misma hora para acostarse todos los días es crucial para ayudar a tener una mejor noche de descanso. “Es un error muy común, pero al igual que los niños, las personas adultas necesitan unas rutinas fijas a la hora de acostarse”, afirmó Robbins.
Además, la científica sugirió que es de suma importancia dejar de lado el celular antes de acostarse, así como meditar para conciliar el sueño enseguida. Y para aquellas personas a las que les resulta difícil volver a dormir después de ser molestadas y despertadas por la noche, la doctora aconsejó no caer en la tentación de mirar el teléfono.
“Cuando llegue el momento de despertarse, resístase a mirar el teléfono y salga de la cama e intente sentarse en un sillón o en una posición de piernas cruzadas en el suelo y hacer un ejercicio de meditación o visualización”, dijo.
La experta también cree que dormir en una habitación más fresca, a unos 18 grados centígrados, ayuda a tener un mejor descanso. Y si una persona es fanática de las siestas, indicó que debería limitarlas solamente a unos 20 minutos de duración.
“Las siestas pueden formar parte de una rutina de sueño saludable. Pero recomiendo que se limiten solo a 20 minutos, a no ser que se haya tenido una noche de sueño realmente terrible, en cuyo caso se puede alargar a 90 minutos”, concluyó.