Cirujana que amamanta, la experiencia de Lucía Torroba Werner con la lactancia materna

Esta semana mundial de la lactancia nuestra columnista alienta a las madres a que hagan lo que puedan y que la lactancia materna exclusiva sea un derecho, no un mandato.

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Lucía Torroba lactancia
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Me preguntaron como fue la lactancia de mi hijos durante la residencia de cirugía plástica.Si pensás que voy a repetir los todos los beneficios, no sigas leyendo.

Para empezar, la sala de lactancia. El hospital solo pudo “ofrecerme” el baño del block quirúrgico o el cuarto de residentes. Tenía que recorrer muchos pisos de distancia. No me animé a guardar la leche que ordeñaba en esas condiciones, y en un bolsito que seguramente pierda la cadena de frío antes de volver a casa.

Además, le tuve que sumar el tema del dolor. El tiempo para ordeñarme se excedía muy fácil si estaba operando, o asistiendo pacientes en la emergencia. Y no se puede detener una cirugía porque a la cirujana le duelen las mamas. Ni que hablar del tema de la hipotensión. Más de una vez terminé piernas para arriba en plena sala de operaciones.

Mucho menos se puede dividir un acto quirúrgico en medio horario ¿Cómo hacemos? ¿acorto el tiempo de ayuno del paciente? ¿Lo opero en el ascensor si en block no tienen lugar rápido para mi cirugía? ¿Me saco los guantes y me voy con todo a medias?

Ciertamente, hice lo que pude. Y disfruté 3 meses de ser la heroína de sus crecimientos. Y después, mis hijos siguieron engordando. Y no les faltó amor. Y conectábamos mejor cuando yo no me angustiaba. Y el papá les daba la mema. Unos mililitros con alguna solitaria leche mía del freezer, y luego una regia fórmula.

Sí, se puede combinar lactancia y cirugía. Pero requiere de una energía y una cabeza que yo no tuve. Aunque lo intentamos, no pude pasear por toda la ciudad como delivery de teta. Aunque le puse garra, mezclé todo: no pude dejar de pensar en mi carrera cuando estaba con mis hijos, ni de extrañar a mis hijos cuando apostaba a mi profesión.

Esta semana mundial de la lactancia te digo que hagas lo que puedas. Que lograr amamantar vale la pena, porque hay pena. Que cuando ya no das más, no des más. Que no menospreciemos el amor materno, ante todo. Que tengas coraje para exigir condiciones adecuadas para ordeñarte. Y que la lactancia materna exclusiva sea un derecho, no un mandato.

CONOCÉ A NUESTRA COLUMNISTA

Lucía Torroba Werner

Lucía Torroba

Especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética
Magíster en dirección de empresas de Salud

Migrante y mamá

Podés encontrar estos y otros consejos en su cuenta de Instagram.

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