BIENESTAR
La psicóloga y coach Stace Ramirez indica algunas prácticas que pueden ayudar a combatir la apatía y levantar el ánimo; establecer metas y comunicarse de forma asertiva son dos de ellas.
Es perfectamente normal que en algunos días el estrés del trabajo, del hogar o de cualquier entorno te afecten tanto que pierdas la motivación. Mantener el entusiasmo todo el tiempo sería agotador. Sin embargo, según la psicóloga y coach Stace Ramirez, pueden incorporarse técnicas y hábitos para mantenerte un buen ánimo y tener energía para sacarle el mejor provecho a tu día a día.
Identificá qué sentís
Para encontrar la solución a un problema, primero tenés que ir a la raíz del asunto: tus emociones y pensamientos. Saber qué está drenando tu energía (ya sea de forma ocasional o regular) es importante para entender porqué te sentís desmotivada. Conflictos emocionales no resueltos, malos pensamientos, malos hábitos o incluso situaciones estresantes pueden ser algunos de los detonantes que ocasionan esa apatía que te impide ‘ver el vaso medio lleno’.
“Es importante identificar estos pensamientos para descubrir qué cosas te están contaminando para cambiar este diálogo negativo contigo misma y que se transforme en uno positivo que te ayude a alcanzar el bienestar emocional durante el día”, explica la especialista.
Observá en qué ámbitos te afecta
Mezclar las preocupaciones laborales con lo familiar o personal suele ser unos de los hábitos más comunes y dañinos en la vida diaria. Por eso, es importante que sepas a qué ámbito pertenecen para que evites que se expanda y contamine otros aspectos de tu vida. Un conflicto únicamente laboral, por ejemplo, puede terminar por desmotivarte por completo y echar a perder el buen ánimo que te pueda generar pasar tiempo de calidad con tu familia.
Entendé que algunas cosas no están bajo tu control
Al querer buscar soluciones a las preocupaciones puede que encuentres algunas situaciones imposibles (ya que involucran la participación activa de otras personas). Que no puedas resolverlas tú sola, no significa el fin del mundo. “Estas preocupaciones externas no dependen de mí” es una frase que debés fijar en tu mente para aprender a soltar lo que no te corresponde solucionar.
Convertir las preocupaciones en ocupaciones puede ser una forma eficaz de enfocarte en las situaciones que sí podés manejar. “¿Cómo puedo ocuparme de lo que sí puedo controlar?” es la pregunta indicada para tomar acción y enfrentar los obstáculos del día a día.
Practicá técnicas de relajación
De acuerdo a la especialista, los ejercicios de respiración son buenos para disipar los pensamientos negativos y llevarte a un estado de calma para que puedas reconfigurar el chip y encuentres una nueva motivación. Si sentís que la apatía y el auto abandono quieren apoderarse de ti, date un espacio para respirar tranquilamente y relajarte.
Podés complementar esta técnica con otras actividades similares como la meditación, el mindfulness o incluso el yoga. “Estas técnicas te ayudarán a estar en el presente, a conectarte con el aquí y ahora”, afirma la especialista.
Comunicá lo que sentís de forma asertiva
Muchas veces, no expresar lo que sentís ocasiona que el estrés se acumule dentro de ti y caigas en un círculo vicioso de soledad y -posible- resentimiento; desmotivándote de socializar y crear vínculos saludables con personas que sí influyen positivamente en ti y te transmiten buenas energías. De acuerdo a la especialista, ser honesta y asertiva es la mejor forma de canalizar las emociones que te generen conflictos con cualquier persona en tu día a día.
Si te desmotiva ir a trabajar porque tu jefe te exige quedarte hasta tarde y sin tener tiempo de descanso, decílo. Si tus amigas hablan mal a tus espaldas y eso te desmotiva a socializar, enfrentalas. Y si tu pareja ya no es tan atenta y cariñosa como antes y sentís que la relación se vuelve monótona, hacelo saber. Verás que te sentirás revitalizada y dispuesta a sacar lo mejor de ti cuando interactúes con los demás.
Mimate todos los días
Hacer cosas que te conecten contigo misma puede ayudarte a combatir la desmotivación. Pequeñas acciones en tu rutina diaria como tomar el café que te gusta, comprarte aquello que llamó tu atención en una tienda o incluso ver unos capítulos de tu serie favorita en tu descanso del trabajo pueden mejorar tu ánimo significativamente
Establecé metas y recompensa tus logros
“Los objetivos dan sentido a la vida. Tener un propósito o proyecto nos direcciona, nos ayuda a redirigir nuestra visión”, afirma la especialista. No tenés que elaborar un súper plan de la noche a la mañana para recuperar la motivación, sino empezar por proponerte pequeños objetivos que sí podés alcanzar (y que no tiendas a procrastinar).
Además, es importante que reconozcas tu propio esfuerzo dándote auto recompensas. Será gratificante para ti y elevarán tus ganas de superarte día a día.