Realeza

Desde la emisión el pasado 7 de marzo de laentrevista de Oprah Winfrey con el príncipe Harry y Meghan Markle, la reina Isabel II ocupó todo su tiempo en reuniones de crisis para gestionar de manera adecuada el escenario.

Todas las actividades de Isabel se han resumido en cómo reparar el nombre de la familia luego de las acusaciones de los Sussex. Así lo supo la revista Us Weekly según una fuente exclusiva del palacio. “Apenas ha tenido tiempo para sí misma desde la entrevista y estuvo en constantes reuniones de crisis”, reveló.

La reina no quiso ver el programa, pero sus asistentes le informaron a fondo sobre las afirmaciones que Harry y Meghan hicieron sobre la familia real.

“La reina siempre sintió debilidad por Harry y lo cuidó, así que está increíblemente herida y conmocionada de que haya llegado a esto”, aseguró la fuente. “Trata de ser comprensiva y de ver las cosas desde la perspectiva de él, pero las acusaciones que ambos hicieron son difíciles de digerir para ella. La entrevista causó estragos en la familia real”.

Durante la entrevista de CBS, el duque y la duquesa de Sussex hablaron de todo, desde su decisión de alejarse de sus roles dentro de la familia real hasta su hijo de 22 meses, Archie, pasando por la llegada de su futura hija. La pareja, que se casó en mayo de 2018, también ahondó en los pensamientos suicidas que tuvo Meghan durante su primer embarazo, así como en las preocupaciones de un miembro de la familia sobre el color de piel de Archie.

El Palacio de Buckingham respondió el 9 de marzo en un comunicado a que decía: “Toda la familia se entristeció al conocer lo que han tenido que atravesar Harry y Meghan en estos últimos años. Las cuestiones planteadas, en particular la raza, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros de la familia muy queridos”.