SABOR EXPRESS

la nación / gda

Más allá de lo deliciosas que son las frutillas, el problema con ellas es que se trata de una fruta muy delicada y que se echa a perder de manera bastante veloz. Por eso es importante aplicar una serie de consejos para lograr que este noble alimento pueda alargar su vida útil.

En primer lugar, y según señala el sitio mexicano de cocina Directo al paladar, las frutillas son frutas no climatéricas, lo que significa que no continuan madurando una vez que son recolectadas. A diferencia de lo que puede ocurrir con las manzanas o las bananas, las frutillas comienzan a perder calidad ni bien son retiradas de la fragaria y eso se irá intensificando con el corrrer de los días. Por eso, la clave para que duren más es, por un lado, comprarlas en el momento justo y conservarlas de manera adecuada.

Cuando uno se decide a comprar frutillas, tiene que tener en claro en qué período piensa consumirlas. Es fundamental, en ese sentido, revisar el etiquetado para conocer la fecha en que se recolectaron y envasaron. Por supuesto, se deben adquirir aquellas que muestren una fecha más reciente.

Es mejor también elegir frutillas que no se encuentren muy amontonadas en sus envases y que se dejen ver, para poder observar que todas las piezas estén en buen estado, esto es, ni con moho, pasadas o muy verdes. Es importante también saber que, como se dijo antes, la fruta que está verde ya no va a madurar y la pasada va a exhibir manchas oscuras, o hendiduras o pérdida de líquido.

Si se compra en una feria o supermercado junto con otros productos, hay que cerciorarse de no poner ninguna mercancía pesada sobre ellas y tener cuidado de no juntarlas con alimentos muy húmedos o demasiado olorosos. Y separarlas además de manzanas y bananas, que emiten etileno.

Lo primero que hay que decir es que estas frutas deben estar refrigeradas. Cuanto antes vayan a la heladera, mejor. Y sin lavar. Solo deben ser pasadas bajo el agua en el momento en que vayan a consumirse, porque la humedad, si no se comen de inmediato, puede acelerar su deterioro.

1. En el hogar, se sugiere abrir el envase para repasar una a una cada una de las frutillas, y desechar las que puedan estar en mal estado. Se pueden separar incluso las más maduras para consumirlas antes que a las demás.

2. Si las frutillas tienen moho o están podridas, es necesario tirarlas. No sirve cortar la parte que está en peor estado. Los hongos, en estos casos, son patógenos con un importante grado de peligrosidad y se extienden en toda la fruta, aunque no se vean.

3. No se les debe quitar los tallos o rabitos a las frutillas, pues eso habilitaría el acceso de microorganismos en la fruta.

4. Las frutillas deben ponerse en envases limpios, amplios, y si es posible que permita la disposición de las frutas en una sola capa, o lo menos amontonadas posible. Si hay muchas, se pueden fraccionar en dos recipientes.

5. Se puede también forrar el fondo de estos envases con papel de cocina. Esto deja que el aire circule y absorbe también la posible humedad que se desprenda de las frutas.

6. Las frutillas necesitan ‘respirar’, por lo que no se las debe poner en envases cerrados herméticamente. Si se tapan, es mejor perforar el plástico de la tapa, o dejar una parte abierta.

7. En la heladera, la temperatura ideal para las frutillas es la que va de los 2°C a los 6°C. Y lejos de alimentos que emitan olores fuertes o etileno.

8. Con todos estos consejos, las frutillas deberían durar entre tres y cinco días, aunque siempre se recomienda revisar todos los días su estado, para tirar de inmediato cualquier pieza que tenga moho o cualquier signo de deterioro.