Relaciones
Un grupo de investigadores demostró que la mitad de las personas que consideramos como amigos no piensan lo mismo de nosotros.
Pensá exactamente cuántos amigos tenés, no cuentes los conocidos, al tener la cifra de todos dividilo por la mitad, el resultado es el número de personas que te consideran una amiga.
Esas fueron las conclusiones que consiguieron un grupo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quienes demostraron que la mitad de las personas que consideramos como amigos no piensan lo mismo de nosotros.
El estudio publicado en la revista PLOS ONE afirma que las personas son incapaces de percibir la amistad recíproca, aunque inconscientemente creamos que sí. Según los investigadores esta percepción es una forma de autodefensa emocional.
“Estos descubrimientos apuntan a una profunda discapacidad de la gente a percibir la reciprocidad de la amistad, quizás porque la posibilidad de una amistad no recíproca cuestiona la imagen de uno mismo”, aseguraron los autores.
Para conseguir dichos resultados, los autores analizaron 84 casos de universitarios a los que se les pidió que clasificaran a todos sus compañeros en una escala de cero (desconocidos) a cinco (mejor amigos).
Las conclusiones demostraron que a pesar de que los estudiantes pensaban que su amistad era recíproca solo el 53% acertó.
“Si crees que alguien es tu amigo, esperas que ese alguien sienta lo mismo. Pero resulta que no es el caso”, explicó Erez Shmueli, uno de los autores de la investigación.
Los científicos aseguran que las relaciones recíprocas también pueden afectar la presión social y el comportamiento humano.
Para descubrir esta hipótesis, los investigadores crearon un algoritmo de la amistad, el cual predice una amistad unilateral a una mutua. Después lo aplicaron a la vida real para ver si las personas con una gran unión se sentían influenciadas por la otra.
En este caso los autores se enfocaron en el ejercicio, “quienes se sentían presionados por sus amigos (de verdad) hacían más ejercicio y progresaban más que los que sólo tenían una amistad unilateral”.
De acuerdo a los investigadores la influencia social puede llegar a ser tan fuerte como la amistad.