Bienestar
La investigación comparó a individuos que eligieron recibir dinero en efectivo contra otros que preferían donarlo para salvar una vida
Un grupo de estudiantes universitarios considera que el dinero puede comprar la felicidad. Así lo determinó un nuevo estudio sobre la conexión entre el bienestar y el altruismo.
La investigación halló que el acto de donar plata para salvar una vida, produjo felicidad al principio, pero los efectos no duraron en el tiempo porque después de un mes, los alumnos que habían donado fueron menos felices que aquellos que optaron por quedarse con el efectivo.
“El comportamiento prosocial no aumenta inequívocamente la felicidad porque el gasto prosocial naturalmente requiere renunciar a algo más, lo que puede disminuir la felicidad por derecho propio”, escribieron Armin Falk y Thomas Graeber, los autores del estudio.
La investigación, publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, pidió a casi 300 estudiantes universitarios alemanes que eligieran entre dos loterías para después calificar sus niveles de felicidad. Si los individuos escogían la lotería A, tenían muchas posibilidades de ser elegidos para recibir 100 euros para su uso personal. Si en cambio, elegían la lotería B no recibían dinero, pero podían activar un regalo de 350 euros para salvar una vida amenazada por la tuberculosis.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tuberculosis es una enfermedad mortal que mató a 1,5 millones de personas en 2018, lo que convierte al trastorno pulmonar infeccioso en una de las 10 principales causas de muerte en el mundo y en la principal causa de un solo agente infeccioso, incluso por encima del HIV.
En el estudio, ambos escenarios de la lotería fueron reales. Los investigadores pagaron a las personas un total de 40.764 euros y donaron 111.300 euros a Operation ASHA, una organización sin fines de lucro de la India que combate la tuberculosis. Con cada 350 euros, la entidad pudo ayudar a identificar, tratar y curar a cinco pacientes adicionales en la India. Se estimó que esos cinco pacientes eran el equivalente a salvar una vida humana adicional de la enfermedad.
En la investigación, aproximadamente el 60% de los estudiantes eligieron salvar vidas, y sus respuestas en una encuesta indicaron un sentimiento de autosatisfacción y felicidad por dicha elección.
Sin embargo, el placer no duró demasiado porque cuando los investigadores volvieron a contactarlos un mes más tarde por correo electrónico, sus niveles de felicidad habían caído por debajo de aquellos individuos que originalmente habían decidido quedarse con el dinero.
De esta manera, las personas más felices al final del estudio fueron aquellas elegidas al azar más tarde para recibir 100 euros, aunque “esto les impidió realmente salvar una vida”.
Otras investigaciones previas demostraron que el “gasto prosocial”, que es donar dinero a otros, reduce la presión arterial y mejora la salud del corazón. Por esta razón, aunque no sea “felicidad”, los estudiantes que eligieron la lotería B y que no recibían dinero pero podían salvar una vida, lograron un premio que no se puede comprar con todo el dinero del mundo: la salud.