Realeza
Después del accidente en París, la monarca le negó un desesperado pedido a su hijo, exesposo de la princesa, y se vieron enfrentados en medio de la tragedia
La muerte de la princesa Diana dejó al mundo en estado de shock. La realeza no fue la excepción pero como es natural al golpe más duro fue para los príncipes William y Harry. Ellos estaban con sus abuelos y su padre en Balmoral durante el verano y fue Carlos quien se encargó de darles la trágica noticia.
El príncipe de Gales y Lady Di se habían divorciado el año anterior después de una amarga separación y, según publicó el medio británico Mirror, fuentes cercanas a la pareja aseguran que Carlos se derrumbó por completo cuando se enteró del accidente de su exesposa.
De acuerdo con lo que se conoce de ese momento, hubo varios desacuerdos detrás de los muros del palacio acerca de qué hacer en los días posteriores a su muerte. Se dice que la reina Isabel y su hijo discutieron sobre cómo Diana debía ser repatriada al Reino Unido.
Una fuente le contó al diario británico que “él era solo un exmarido, que no tenía derecho a estar allí más que como padre de sus hijos, pero Carlos quería usar el avión real para ir a París, aunque la reina en un principio se lo negó”. Algunos sostienen que luchó más por la princesa en esta ocasión de lo que jamás había luchado por ella en toda su vida.
Al final, Carlos se puso firme en su pedido y la monarca accedió a que usara el avión real para llevar a Lady Di de regreso a su tierra natal. Así fue como voló a París junto con las hermanas de la princesa, lady Sarah McCorquodale y lady Jane Fellowes. Una vez allí, los tres fueron trasladados al Hospital Universitario Pitié-Salpêtrière.
El exmayordomo de Diana, Paul Burrell, ya estaba en el hospital cuando llegaron, y dijo sobre el príncipe: “Estaba devastado. Era una mujer a la que había amado a su manera”.
Poco después, cubrieron el ataúd de Diana con el estandarte real a petición de Carlos y 16 horas más tarde, el avión aterrizó en las afueras de Londres. Primero, la llevaron a la morgue del palacio St. James y luego a Kensington.
Tan solo 20 minutos después de aterrizar, el avión despegó nuevamente para llevar a Carlos a reencontrarse con sus hijos, que todavía estaban en Balmoral.
El funeral de Lady Di se produjo seis días después, el 6 de septiembre de 1997, en la Abadía de Westminster. El príncipe participó de la procesión fúnebre junto con William y Harry, el hermano de Diana, Charles Spencer, y el duque de Edimburgo.