Realeza

la nación / gda

En un artículo de hace 30 años se contó un paso en falso que se dio el día de la boda del príncipe Carlos con la princesa Diana. Según se conoció, Lady Di se equivocó y pronunció al revés el nombre real del heredero del trono cuando recitaba sus votos matrimoniales, mientras que él confundió una frase sobre los bienes terrenales que compartirían.

Los nervios pueden traicionar a cualquier persona que esté en una situación de estrés y sobre todo sabiendo que está siendo observada por millones de personas alrededor del mundo. Ese era el temor que tenían los fanáticos del príncipe William y Kate Middleton no querían que se repitiera el mismo error de hacía 30 años.

Según la BBC, los nervios del príncipe y la princesa de Gales los llevaron a tropezar con sus votos matrimoniales en el altar. En aquella oportunidad, la princesa Diana llamó a su futuro esposo “Philip Charles” en lugar de “Charles Philip”, durante la ceremonia.

“Los nervios del día de la boda fueron evidentes durante la ceremonia. Diana confundió los nombres del Príncipe, llamándolo Philip Charles Arthur George, en lugar de Charles Philip”, reveló la BBC. Sin embargo, Lady Di no fue la única en equivocarse el día más importante de su vida, ya que el príncipe de Gales también hizo lo propio con sus líneas.

Así, el heredero al trono también narró de forma equivocada sus votos al decir “tus bienes” en vez de “mis bienes terrenales” en el altar. El temor ante el error involuntario del que tuvieron conocimiento los invitados y unos cuantos fanáticos de la Corona volvió a apoderarse de la gente tres décadas después, ya que no querían que se repitieran los mismos problemas de la boda de su padre.

En 2011, cuando el príncipe Willia y la duquesa de Cambridge se casaron lo hicieron frente a 1900 invitados y los miles de millones de espectadores que veían la boda por televisión en todo el mundo. En ese sentido, los fanáticos de la pareja esperaban ansiosos saber si Kate había entendido bien los nombres de William Arthur Philip Louis, o si el príncipe se olvidaría de compartir todos sus bienes terrenales con ella, como le pasó a sus padres. Pero aquello no sucedió y todos dijeron sus votos como correspondía.

Lo curioso en la boda de los duques de Cambridge es que para estar seguros de que su matrimonio no iba a sufrir contratiempos, llevaron a un abogado que estaba atrás del altar en alerta por si a alguien se le ocurría levantarse y exclamar las temidas palabras “yo me opongo al matrimonio”.