Realeza
Se trata de una tradición nacida en 1629; el objetivo era que ambos poderes tuvieran una certeza de que no se lastimarían mutuamente
Una tradición curiosa pero una tradición al fin. ¿Quién diría que la reina de Inglaterra tuviera un rehén en su palacio? Pero así como de extraño se oye, es real.
¿De qué se trata? Siempre que Isabel visita el palacio de Westminster retiene a un miembro del parlamento británico en Buckingham como “rehén”, esperando su regreso sana y salva. Este año, este deber cayó sobre Marcus Jones, un diputado de la ciudad de Nuneaton.
Pero, ¿de dónde viene esta tradición y, de hecho, qué le sucede al rehén si algo terrible le pasara a su majestad en el parlamento? Para comprender el asunto por completo se necesita ampliar el contexto: el palacio de Westminster está en el corazón de la política británica. Es el lugar donde los lores y los comunes se reúnen para crear y derogar las leyes del país.
Como parte de una clara separación de poderes, la Corona no se involucra en el trabajo legislativo. Pero en el pasado esto no siempre fue así debido a que el monarca y el parlamento no se encontraban en términos amigables.
En 1629, el rey Carlos I no permitió que el parlamento se reuniera y cerró con llave las puertas de las cámaras. Durante once años no hubo actividad legislativa, en lo que se conoció como “Once años de tiranía”.
Cuando el Parlamento volvió a reunirse, Carlos I entró en la Cámara de los Comunes en un intento de arrestar a cinco diputados. Su plan fracasó en gran medida; y después de la Guerra Civil, fue declarado culpable de traición y ejecutado en Whitehall.
Desde ese día en adelante, el monarca se ha negado a entrar en las Cámaras del Parlamento sin tomar como rehén a un diputado para su propia tranquilidad. En teoría, si algo le sucediera a la reina mientras está en el Parlamento, el rehén correría la misma suerte. Afortunadamente, es una tradición que nunca se llevó a cabo.