Realeza
Un vehículo no identificado llegó a las afueras del lugar donde ella se preparaba para salir hacia su boda; los nervios del jefe del operativo, contados en un documental
Si bien la policía desplegó a cinco mil oficiales para que se ocuparan de la seguridad eldía de la boda de Kate y el príncipe William,su presencia no pudo evitar que un auto sospechoso se estacionara cerca del hotel donde la novia, su hermana y su madre estaban alojadas antes de la ceremonia. ¿Quiénes eran? ¿qué estaban buscando?
El pánico de los hombres de seguridad era enfrentarse a un posible ataque del grupo antimonárquico Guy Fawkes mientras que, a la vez, debían velar porque la futura duquesa llegue a tiempo al altar. La cuestión era el tiempo que le llevaría a la brigada anti explosivos controlar que el vehículo no identificado no fuera un coche bomba.
“Mi temor es que haya una especie de ataque de los Guy Fawkes, que hayan puesto una bomba en algún lugar a puertas cerradas”, dijo Bob Broadhurst, el Comandante de la Policía Metropolitana el 11 de abril de 2011 el esperado día de la boda.
“En principio, nuestra verdadera amenaza eran todos los extraños posibles obsesionados con la familia real que, simplemente, podían colarse a la boda debajo del auto”, señaló Broafhurst refiriéndose al operativo.
A pesar de todas las medidas de seguridad que se tomaron, veinte minutos antes de que Kate dejara el hotel para trasladarse a la Abadía de Westminster, los oficiales identificaron un auto que estacionó en la esquina y vieron cómo un hombre se bajaba y se unía a la multitud de personas que querían ver y saludar a la novia.
“No sé cómo sucedió y realmente no quiero saber cómo sucedió hasta el día de hoy”, rememoró Broadhurst en el documental de ITV, The Day Will and Kate Got Married.
El tiempo corría y, para empeorar las cosas, el jefe de Broadhurst llegó con un grupo de representantes del Comité Olímpico Internacional para mostrarles cómo funcionaba la seguridad en un manejo de crisis. “Podías cortar el silencio con un cuchillo en ese momento de tensión”, revela Broadhurst.
Pero el hielo se rompió cuando un asesor táctico hizo una broma, alegando que los corredores de apuestas Paddy Power estaban ofreciendo probabilidades de 10.000 a 1 de que Kate no llegaría a la iglesia a tiempo y preguntando si debería apostar dinero.
Afortunadamente, los agentes de explosivos aparecieron en la escena y establecieron que no había una bomba dentro del automóvil, por lo que pudieron desestimar la amenaza y ceñirse al plan original.
Kate no se dio cuenta del problema de última hora cuando se subió al automóvil con su padre Michael Middleton para dirigirse a la Abadía de Westminster. La policía tuvo que lidiar con un millón de personas que se alineaban en las calles donde se llevó a cabo la procesión, así como con 1900 invitados que asistieron a la ceremonia.