VIRAL

En los últimos días, un caso de bullying—conocido tipo de violencia que expone la figura de una persona—  llamó la atención en un centro educativo en la zona de Warwickshire, Inglaterra. Un niño usaba el WhatsApp para descargar su ira con una compañera. 

A raíz de los constantes mensajes intimidatorios de este niño de 11 años, la maestra del curso, alertada por la conducta inapropiada, decidió avisar a las autoridades de la institución para que tomaran cartas en el asunto para que el hecho no se agravase. En consecuencia, se comunicaron con su mamá, Samm Jane, quien aguardó a la llegada de su primogénito a su casa para investigar su dispositivo móvil.

Aún sorprendida por la actitud de su hijo, Samm utilizó su cuenta de TikTok para subir un video con su cara en primer plano, seguido del texto: “He’s lucky he is still breathing”, que traducido al castellano, indica: “Tiene suerte de que todavía respira”. Tras llegar del colegio, su mamá no perdió el tiempo y le pidió su celular para observar las pruebas que lo incriminaban. 

Horrorizada, la mujer no podía creer en el contenido de los chats, en donde se observa el maltrato con palabras despectivas. “No quiero volver a ver tu cara fea y tu cuerpo gordo en la escuela, me ofenden”, se ve en la captura de imagen. Del otro lado de la pantalla, la respuesta mostró la tristeza de la niña, quien quedó expuesta ante los insultos: “Deja de ser así conmigo. Sabés que herís mis sentimientos cada vez que eres malo conmigo”. 

Como si esta actitud no fuera suficiente, el niño también empleaba el método de revolearle lápices y objetos escolares a la compañera, lo que aún enfureció más a su mamá. En consecuencia, como primera medida, se le prohibió terminantemente utilizar su celular al menos por una semana hasta que abandone esa actitud y además, al acercarse su cumpleaños, utilizará una parte del dinero que le regalen para comprar flores y chocolates a su compañera de clase. 

No obstante, Samm comenzó a realizar averiguaciones del domicilio de la compañera de su hijo para que él le pida las disculpas correspondientes y que la otra familia se entere de lo sucedido. Una vez ahí, la niña le aceptó el pedido de arrepentimiento por lo hecho y le resaltó a su hijo que no debe tener actitudes de ese tipo debido a que a la otra persona le generará un sentimiento de inseguridad.

“Estoy criando a un hombre. Mi hijo no tiene ese modelo machista a seguir, así que tengo que enseñarle a ser un hombre y asegurarme de que sea respetuoso con las personas”, destacó su madre, a modo de enseñanza.