Realeza

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Harry y Meghan suelen tener sentimientos encontrados con estas fechas. Si bien al principio de la relación, él viajó a encontrase con ella en Canadá con la excusa de Halloween, fue en ese momento cuando el prínciperecibió una llamada que cambió todo.

Desde que se conocieron, y durante el primer tiempo, los duques de Sussex intentaron mantener en secreto su relación. Incluso, a finales de octubre de 2016 él viajó para visitarla a Toronto y ella mostró su alegría de Halloween al publicar en sus redes una foto con una calabaza gigante tallada, según The Sun.

Ese fue el último Halloween que ambos pudieron disfrutar antes de que su noviazgo se hiciera público, porque ese día recibieron una devastadora noticia.

De acuerdo con la biografía no autorizada Finding Freedom, de Omid Scobie y Carolyn Durand, la pareja estaba festejando en Soho House, cuando recibieron la llamada. “No tenían ganas de pasar el fin de semana de Halloween escondidos, ya que había mucho que celebrar. Hacía cuatro meses que mantenían una relación y estaban locamente enamorados y ansiosos por participar en la diversión de una de sus fiestas favoritas. La noche del 29 de octubre, con Harry en la ciudad, la pareja decidió ir a una gran fiesta de disfraces en Soho House en Toronto”, se puede leer en el libro en un extracto que fue publicado en The Mirror.

Harry y Meghan compraron máscaras venecianas, para poder aumentar su anonimato. Además, en la fiesta también estaban la prima de Harry, Eugenia, con su actual esposo, Jack Brooksbank. Los cuatro estaban muy divertidos cuando el príncipe recibió la inesperada llamada en la que le informaron que un diario se había enterado de su relación con Meghan e iba a publicar un artículo al día siguiente con los detalles de su historia.

“Ambos estaba relajados, llenos del espíritu de Halloween. Posiblemente fue la noche perfecta, hasta que recibieron una llamada de uno de los ayudantes de Harry en el Palacio de Kensington. No fueron buenas noticias”, describen Scobie y Durand en la biografía.

Según trascendió, estaban muy enojados y molestos, porque sabían que los periodistas y el público en general iban a querer saber cada vez más sobres sus vidas.

“Su principal preocupación era que su lugar fuera asediado por fotógrafos en 24 horas”, explican en el libro, según informó el Daily Star. “Tenían poco tiempo para pensar, porque solo había un par de paparazzis en Toronto, pero no pasaría mucho tiempo antes de que los fotógrafos volaran desde Nueva York y Los Ángeles, todos con la esperanza de obtener la primera foto de la feliz pareja”, añadió el texto.