BIENESTAR
Lorena Balerio, la nutricionista de Eme, nos explica sobre dos conceptos importantes al respecto: alimentación sostenible y huella hídrica de los alimentos.
Este próximo domingo 5 de junio se conmemora un nuevo Día Mundial del Medio Ambiente; un buen ejercicio es pensar sobre nuestra forma de alimentarnos y cómo esta afecta o contribuye al medio ambiente.
Año a año vemos los efectos del cambio climático: temperaturas extremas en verano e invierno así como cambios bruscos en el clima. Los alimentos que incluimos en nuestra dieta diaria no solo repercuten en nuestra salud también lo hacen en nuestro planeta.
Si hablamos desde la alimentación y cómo proteger al medio ambiente podemos hablar de dos temas: alimentación sostenible y la huella hídrica de los alimentos.
Alimentación sostenible: Desde el momento en que planificamos que comemos, no solo tenemos que pensar en una alimentación que sea saludable, variada y suficiente, si queremos cuidar el planeta debe ser sostenible.
¿Y qué es una alimentación sostenible? Aquella que durante su producción se ha reducido el impacto medioambiental, no se agotan los recursos naturales y se respeta a la biodiversidad.
También el desperdicio de alimentos genera un fuerte impacto medioambiental, resulta insuficiente pensar solamente en consumir menos envases y plásticos, hay que pensar lo que causa en el ambiente el ciclo de producción de los alimentos y el uso que le damos a cada producto.
La alimentación sostenible busca reducir el impacto ambiental, optimizar los recursos naturales y humanos y reducir al máximo el desperdicio, aprovechando los alimentos desde que los compramos.
La huella hídrica de los alimentos: Si no conoces este término te cuento que es un indicador de uso medio ambiental y nos muestra cuánta agua se necesita para la producción de un alimento, si pensamos en el agua como un recurso natural que debemos proteger, debemos fomentar el consumo de productos que para su producción tengan un bajo consumo de agua. La huella hídrica se puede emplear para medir el consumo de agua de casi cualquier cosa, desde ropa, alimentos hasta el consumo total de un país.
Según los datos de FAO el 70% de la huella hídrica del planeta deriva de los alimentos.
Asi como para un tomate se precisan 13 litros, 25 para papa y 50 litros para naranja en el otro extremo para un bife de carne se necesitan 7 mil (en el caso de la leche serían unos 1000 litros).
Con toda esta información como podemos ayudar al medio ambiente desde nuestra alimentación, hoy te dejo esta guía rápida repleta de acciones sencillas y prácticas:
Menos carne y lácteos, pero de mejor calidad
No pretendo que termines siendo vegetariano o vegano, pero según Greenpeace si consumimos alrededor de 300 g menos de carne o leche; podemos reducir a la mitad los niveles de contaminación de la producción ganadera. La carne (vacuna, cerdo, pollo) es el grupo de alimentos con mayor impacto medioambiental teniendo la huella hídrica más alta.
Con estos datos con tu granito de arena ya vas a contribuir para brindarle más sostenibilidad al planeta tierra, podes animarte a incluir otras fuentes de proteínas como son las de origen vegetal. Probar un día a la semana sin carne, o si te sirve la referencia 1 vaso de leche ya son unos 200 gramos aproximados, no son cambios inviables (probar bebidas vegetales es un sustituto) sino un compromiso sencillo en el día a día.
A su vez los cereales y derivados (pan, pasta, patatas y arroz) tienen una sensible huella hídrica menor que las carnes.
Tomarte tu tiempo para planificar y cocinar
Planificar las comidas y dedicar el tiempo a cocinar y comer, ayuda a mejorar los hábitos alimenticios. Podes empezar con un listado de tus comidas preferidas, y que se elaboren en casa más asiduamente, sin juzgar que tan saludables lo son, sabiendo de esas comidas que vas a cocinar en la semana vas a realizar compras más inteligentes y también se verá beneficiado tu bolsillo. Elegi un día o unas horas para planificar la semana.
Considerá tu presupuesto, cuanto tiempo tenés para cocinar, que días estas en casa. Ármate platos realistas y tratá de usar los recursos de manera eficiente: platos que resuelvan más de una comida o alimentos que sirvan para más de un plato.
Dedicarle tiempo al momento de comer, tendrás más noción de lo que comiste, distinto a cuando comemos en 5 minutos, a las corridas o haciendo otra cosa.
Tomarte tu tiempo te va a ayudar a evitar comprar en exceso, el desperdicio alimentario es otra forma de dañar al planeta, comprando lo que realmente necesitas es una forma de toma de conciencia.
Consumir frutas y verduras de estación y local
Los alimentos de temporada son aquellos que se cosechan dependiendo de la estación del año y las condiciones climatológicas que existan. Los alimentos de temporada son básicamente frutas, vegetales y granos que se dan cada determinado mes, su consumo es bueno para la salud, y para el bolsillo porque se encuentra mayor oferta. Tener un calendario de frutas y verduras es una forma de conocer que hay más en cada estación.
Comprando a los pequeños comercios tenes más línea directa a saber y conocer de dónde vienen esos productos, visitar la feria barrial te va a dar la idea de que es lo de estación que es lo que está en mejor momento de consumo. Un buen ejercicio puede ser cambiar tres de los productos habituales de tu compra por otros de certificaciones ecológicas u orgánicos.
Reducir los alimentos procesados
Estos productos consumen más recursos durante su producción creando un gran impacto ambiental. Son productos cero ecofriendly, ya desde el vamos usan envases y embalajes para su traslado. Sin adentrarme en el detalle que son una bomba de grasa, sal y azúcares cero nutrifriendly para tu cuerpo.
Mas aceites vegetales pero cuidado con el de palma
Cocinar con aceites vegetales (aceite de oliva, de girasol, etc…) tienen un menor impacto que las grasas de origen animal como la manteca.
Eso si es importante hablarte del aceite o grasa de palma, enemiga del ambiente pero la favorita en la industria y que está muy presente en varios productos sobre todo en los procesados. Las plantaciones de palma ya han hecho estragos en países del sudeste asiático aumentando la producción de CO2 a la atmósfera además de generar deforestación y extinción de especies animales. Por eso es fundamental siempre dedicar unos minutitos a leer los ingredientes de la etiqueta nutricional del producto que estamos comprando.
No pretendo que dejes de utilizar los recursos y los medios de vida que el medio ambiente nos brinda. Sino de buscar un intercambio sano, tanto si lo hacemos individualmente como colectivo. Conservando y cuidando a la fuente de todo que es el planeta.