Hogar
La arquitecta Florencia Servente nos propone pensar en los niños y adolescentes que vuelven a clases y preparar un área de estudio.
Empieza marzo y para muchas familias eso significa la vuelta a la rutina. Si hay niños o adolescentes en casa, seguro van a disfrutar muchísimo tener un espacio para realizar sus actividades.
Para facilitarles la tarea necesitamos contar con: una supercie de trabajo, asiento y mueble de guardado para poder organizar los materiales y libros. Les dejo algunos consejos para elegir mobiliario y lograr un espacio lindo, práctico y ordenado según las necesidades de cada edad.
Lo primero es pensar donde vamos a armar el espacio de estudio. Si hay lugar puede ser en el dormitorio, ya que van a tener privacidad y mejorar la concentración. Pero si no nos da el espacio, podemos considerar un rincón del living o hasta un pasillo, teniendo en cuenta que el tamaño sea adecuado y optando siempre preferiblemente por luz natural.
Para los más chiquitos (menores de 6 años) podemos optar por un juego de mesa y banquitos. Los bancos tienen el plus de ser muy prácticos ya que son fáciles de trasladar por sus propios dueños, que enseguida van a aprender a subirse y así tener autonomía para alcanzar objetos, lavarse las manos, etc.
Una mesa amplia, de 50x90 cm por ejemplo, es un tamaño cómodo para esa edad. Si tenemos espacio en el dormitorio podemos colocarla en el centro, pero si es muy pequeño podemos situarla contra la pared.
Como complemento de guardado, a esta edad es aconsejable un mueble bajo que tenga los materiales a la vista y al que puedan acceder en todo momento. También podemos recurrir a estantes o nichos amurados a una altura media y accesible para ellos. ¡Quedan muy bien cuando se
colocan en grupos!
En el caso de los mayores, el escritorio va a ser la estrella. Para fomentar la concentración, se aconseja ubicarlo de forma tal que al sentarse la ventana quede a un costado, ya que evitamos que la luz natural que entra nos afecte la vista a la hora de trabajar en la computadora. Podemos sectorizar esa zona pintando de un color la pared, colgando láminas, carteleras, paneles o simplemente estantes y así obtener un punto focal que nos aporte al diseño de la habitación.
Para elegir el escritorio, definimos primero el tamaño. La profundidad debe ser de unos 60 cm, mientras que el largo nos lo va a condicionar el ambiente. Las opciones más compactas para estudiar con comodidad suelen ser de 80 cm de largo. Hay estilos y colores para todos los gustos, los diseño más simples nos trasmiten sensación de calma y orden.
Asegúrate de agregar una lámpara para complementar la luz natural junto con un alargue con interruptor independiente (podemos amurarlo debajo del escritorio para que no se vea) y así permitir que sea más sencillo apagar todos los equipos a la vez. Cómo complemento de almacenamiento, en niños mayores y adolescentes podemos optar por una estantería tipo biblioteca, ya que a medida que crecen cada vez van a necesitar más espacio donde ubicar libros, cuadernos y otros accesorios.
Busquemos elegir diseños versátiles, funcionales y atractivos que se puedan seguir utilizando con el correr de los años a medida que los chicos crecen. Y no olvidemos involucrarlos en el diseño de su espacio de estudio. Poder elegir colores, accesorios y participar en el armado puede ser una gran
motivación para usarlo más seguido.