Mamá estimula: No hace falta agredir a lo Will Smith para poner límites claros

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madre e hija

CON LOS HIJOS

En su columna semanal, Claudia Guimaré habla sobre el episodio de la última gala de los Oscar del que todos hablan y qué aprender de eso para la crianza de los hijos

La pasada gala de los premios Oscar pasará a la historia como "la noche en que Will Smith le pegó a Chris Rock". El hecho desató un sin fin de memes y artículos periodísticos de medios de todo el mundo y si estás pensando en qué tiene que ver esto con una columna de crianza y educación, déjame explicarme mejor.

Si estás dentro de los pocos seres humanos que no se enteró del episodio, el domingo pasado en plena ceremonia de entrega de los premios Oscar, el comediante Chris Rock, hizo una broma de mal gusto respecto de la esposa de Will Smith. Acto seguido, este último subió al escenario y le asestó un tremendo golpe en la cara, para luego amenazarlo a gritos delante de todo el mundo de que no volviese a hablar de su esposa jamás.

Rock, sin poder llegar a creer lo que acababa de suceder, mantuvo la compostura y siguió adelante con la ceremonia. Horas más tarde quiso el destino que Will Smith se alzara ni más ni menos con la preciada estatuilla dorada, ganando el primer Oscar de su carrera y no contento con su exabrupto anterior, dedicó gran parte de su "adaptado" discurso de aceptación, a justificar una y otra vez su conducta previa. Porque según dijo "el amor nos hace cometer locuras", mientras su hijo Jaden, tweeteaba orgulloso en apoyo de su padre "Y así es como hacemos las cosas nosotros". ¿A golpes?

El episodio ha generado una catarata de declaraciones y notas en prensa, la enorme mayoría condenando la conducta de Smith, pero también muchas otras, justificando su reacción "en defensa de su esposa" y hasta romantizándola, alegando que la misma no es otra cosa que una demostración de su profundo amor por su pareja y de su "instinto protector", soslayando su violencia, ya que al fin y al cabo es el exceso de amor el responsable último del acto. "No es un hombre violento. Es un hombre enamorado".

¿Un buen ataque es la mejor defensa? ¿Estuvo bien Chris Rock? Amen del tono mordaz que los monólogos de estas premiaciones suelen tener, bien podría argumentarse que todo tiene un límite y burlarse de otros exponiéndolos a situaciones o comentarios denigrantes o incómodos, cuando están siendo filmados y vistos en todo el mundo, es de muy mal gusto y no debería pasar desapercibido. Pero la reacción de Smith a sido a todas luces desproporcionada y es la que ha acaparado las críticas. ¿Por qué?

Porque no podemos controlar lo que otros nos hagan o nos hagan sentir, pero sí deberíamos intentar controlar cómo nosotros reaccionamos ante ello, porque como decía Sartre, "somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros".

Seguramente si Smith hubiese dejado pasar el chiste sin reaccionar, las miradas del mundo se habrían centrado en el desafortunado chiste de Rock. ¿Hubiese estado bien actuar así ignorando la agresión? Difícil de responder. Al fin y al cabo qué tanto nos hieren las cosas es extremadamente personal y a veces hasta una sorpresa para nosotros mismos. Pero aun eligiendo reaccionar y dejar claro que no estaba dispuesto a ser partícipe de la humorada, el actor de El método Williams, bien podría haber optado por otras reacciones que seguramente lo habrían dejado bastante mejor parado.

Pero la necesidad de una reacción exagerada cargada de testosterona, no ha demostrado otra cosa a los ojos de muchos psicólogos y siquiatras que una enorme inseguridad, que deja al descubierto un patrón aprendido de violencia familiar que el propio Smith más de una vez confesó haber padecido en su infancia.

Quien quizá haya dado más en el clavo con la interpretación de esta conducta es Álvaro Bilbao, el famoso neuropediatra español, autor el best seller "El cerebro del niño", para quien Smith no lo ha hecho porque carezca de autocontrol sino simplemente porque no es la primera vez que lo hace, es decir, porque es un patrón de conducta que por mucho que diga haber padecido en el pasado y al que no quiere imitar, tiene internalizado. Y que su hijo lo apoye diciendo literalmente que así es como los Smith lidian con esos bueyes en casa, no es otra cosa que la confirmación final de que esos patrones, se naturalizan y transmiten de generación en generación.

Mucho se habla de cómo marcar límites claros en la crianza de nuestros niños y niñas, pero siempre desde el punto de vista del adulto que marca la cancha, que baja línea, que educa o que castiga al niño que no los ha respetado. Pero pocas veces lo hacemos simplemente analizando los comportamientos, sanos y oportunos o desafortunados, excesivos o fuera de control, que tenemos los adultos entre nosotros mismos, siendo que en realidad, justamente es en nuestros propios comportamientos, a través del ejemplo en el manejo de nuestros propios límites, que está la clave de la crianza que le damos a nuestros hijos.

Nunca podremos prevenir los abusos, golpes o bromas hirientes que puedan recibir nuestros hijos, pero sí podemos educarlos (y debemos) para que cuando las reciban, sepan que está en ellos defenderse sin descender al mismo nivel (o peor) que el del agresor. Necesitamos que sepan que no es necesario devolver el golpe o escalar en el nivel de violencia. Que a veces las palabras son mas duras que los puños. Que incluso a veces retroceder no caerse y abandonar una situación no es signo de debilidad. Necesitamos que nuestros hijos e hijas sepan que siempre tenemos opción. Y que la opción que elijamos es la que hablará de nosotros.... y la que hará que el mundo hable de nosotros también.

No se trata de una loa al martirilogio. No se trata de inculcar resignación o indefensión aprendida. Se trata de ayudar a nuestros hijos e hijas a que aprendan a mirar para adentro y entender que lo que nos pase no es lo que nos define, sino lo que hacemos al respecto.

Y por supuesto, se trata de tener bien claro que nada de lo que les digamos les brindará una enseñanza verdadera, a menos que lo que vean en nuestra propia conducta, en nuestro ejemplo cotidiano, esté en línea verdaderamente con nuestro predicamento.

Para que a futuro sea ese el modo que tus hijos digan "es como hacemos las cosas en casa".

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Claudia Guimaré
Claudia Guimaré

La socióloga uruguaya y especialista en marketing y comunicación es la fundadora de Mamá estimula. En el grupo que administra desde Argentina, comparte materiales educativos y soluciones para padres.

Conocé cómo Mamá Estimula puede auxiliarte en la crianza de tus hijos.

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