DÍA INTERNACIONAL DEL YOGA

Una de las cosas buenas que la pandemia nos dejó es reconocer la necesidad que tenemos las personas de calmar la mente.

Durante el 2020 creo que todos sentimos en mayor o menor medida que nuestros pensamientos estaban totalmente descontrolados y que nos llevaban por lugares oscuros que no elegimos, la incertidumbre de lo que iba a pasar, o de lo que estaba por venir producía mucha ansiedad.

Tal vez por eso el yoga y la meditación se volvieron tan populares y cada vez más gente comenzó a manifestar interés en estas disciplinas que ayudan a controlar la atención y por ende la mente.

Hay varias modalidades de yoga, ya sea practicar asanas (posturas), cantar mantras, practicar la devoción, el estudio de los textos sagrados, desarrollar la acción consciente, y más.

Quizás por estas latitudes lo más común es que nuestra primera aproximación al yoga sea a través de lo que tenemos más tangible que es nuestro cuerpo, por eso arrancamos por mover el cuerpo y conectar con nuestra respiración, descubriendo los beneficios de la respiración consciente y su poder sobre nuestro sistema nervioso.

Comenzamos a ver los primeros beneficios: mejora nuestro descanso, estamos más enfocados, menos nerviosos, nuestra postura mejora, se atenúan los dolores de espalda, empezamos a crear espacio tanto a nivel físico como mental.

Empezamos a discernir y como consecuencia nos da ganas de seguir adelante, y sobre todo de cambiar cosas que no nos hacen bien, por otras que nos hacen sentir mejor, como por ejemplo algunos hábitos como la alimentación. Comenzamos a vivir con consciencia.

Hay algo que puedo garantizar y es que desde la primera clase de yoga seguro se siente algo hermoso y especial, lo que no puedo asegurar es que cambie la vida, ya que eso como todo requiere tiempo, dedicación, y disciplina.

Cada persona que inicia en este camino de autoconocimiento tiene en su poder la varita mágica, sólo de uno mismo depende que la magia se manifieste, y eso no sucede rápido, es un proceso de disciplina, de práctica, de elección personal, que se debe sostener en el tiempo.

Por eso es una filosofía de vida, porque se sostiene con voluntad. Confieso que nunca sentí demasiado interés por el día internacional del yoga, sobre todo porque esta práctica ocupa todos mis días entonces no puedo distinguir un día en particular más importante para que sea su día.

Sin embargo, es un camino tan hermoso, que desde que comencé a recorrerlo me siento más despierta, más consciente, y conectada a todo, que desearía que todos los seres humanos puedan descubrirlo. Es con este propósito que celebro este día, con el deseo de que esta sabiduría se expanda y se multiplique cada vez más.