En casa
Nuestra especialista en interiores trae algunos consejos para convertir a las alfombras en tus aliadas para renovar el hogar.
Tal vez la elección de la alfombra sea uno de los últimos ítems en los que pensás al decorar de tu hogar. Pero no por eso es menos importante; de hecho las alfombras son uno de los accesorios principales, son una pieza clave para dar cohesión y definir un espacio.
¿Qué preguntarse al elegir una alfombra?
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Antes que nada es clave saber qué uso le darás. Si estará en el comedor, es probable que se manche, entonces debes optar por una que sea fácil de limpiar. Por el contrario, si buscás una alfombra para tu dormitorio o el de los niños, querrás algo suave para poder andar descalza.
Optar por forma y tamaño
La forma de la alfombra debe seguir la forma de la habitación para dar armonía al espacio. Si tu sala es rectangular, como la mayoría, deberás buscar el mismo formato. En una habitación cuadrada, buscaremos una alfombra cuadrada. Por lo general las redondas se emplean en el hall o vestíbulo, donde no pondremos muebles centrales y este accesorio será protagonista. Los camineros los dejamos para pasillos, laterales y pies de la cama.
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El tamaño:
u2013 En el comedor. Lo mejor es separar las sillas de la mesa lo suficiente como para que el comensal se pare entre ellas. Luego de esa disposición tenés que sumar unos 20 centímetros más.
u2013 En el living o la sala. Su tamaño dependerá principalmente del largo del sofá principal. Debe sobresalir 15 centímetros a cada lado del sofá. Además tené en cuenta la disposición del resto de los muebles, sean butacas, camastros, sillas o pufs. Para que la alfombra no se vea como flotando tiene que albergar por lo menos las dos patas frontales de cada mueble.
u2013 En dormitorios. En la habitación podés colocar dos camineros rectangulares a los lados o bien uno a los pies de la cama.
Si optás por una alfombra rectangular más grande, tené en cuenta que dos tercios de la alfombra deberían quedar por debajo de la cama y el tercio restante hacia los pies.
Material y textura
Las alfombras pueden ser hechas de fibras naturales (jute, lana, seda, viscosa o algodón) o artificiales (poliéster y nylon). Las de fibras artificiales son más económicas, durables y resistentes a las manchas, pero pueden producir muchas pelusas y no tienen la misma calidez que las de fibras naturales.
Las alfombras naturales, de fibras de yute, tejidas distintos patrones y tonos son tendencia para lograr un ambiente rústico, en profunda conexión con la madre tierra, ya sea que tengas un estilo zen o rústico y más campestre.
La opción de la lana se emplea para lograr ambientes más acogedores, clásicos y elegantes. Pero también podés lograr mayor desenfado al usar una anudada a mano con patrones muy coloridos.
María Noel De Maio, interiorista, creadora de Paletizate, integrante de la Asociación Latinoamericana de Diseño.