Realeza
Fuentes cercanas a la esposa del príncipe Harry sostienen que su ausencia en la despedida del duque de Edimburgo va más allá de su embarazo
El viernes pasado, en cuanto trascendió la noticia de la muerte del príncipe Felipe, comenzaron las especulaciones acerca de la presencia de los duques de Sussex en el funeral. De ahí que, para evitar más conjeturas, al día siguiente un portavoz del príncipe Harry y Meghan Markle anunció que la actriz no viajaría a Londres por recomendación médica dado lo avanzado de su embarazo.
La declaración tiene sentido sobre todo al tener en cuenta que, en noviembre de 2020, la duquesa reveló que sufrió un aborto espontáneo durante el verano del hemisferio norte. En una columna publicada en ese entonces en The New York Times, Markle relató que acababa de cambiar los pañales de Archie, su hijo nacido en 2019, cuando sintió un calambre y cayó al piso. “Supe, mientras estrechaba en mis brazos a mi primer hijo, que estaba perdiendo al segundo”, escribió.
Sin embargo, no es la versión que sostienen los amigos de la duquesa. De acuerdo con el Mail Online, sus íntimos dijeron que, en realidad, Meghan todavía puede viajar pero prefirió quedarse en su casa para no convertirse en el centro de atención del evento: “Su principal preocupación en este momento es apoyar a Harry, por eso dejó que él decidiera si asistiría o no al funeral”, informaron las fuentes cercanas a la pareja.
El príncipe Harry ya se encuentra en el Reino Unido haciendo una cuarentena estricta en el palacio de Kensington para poder estar presente el sábado 17 en el último adiós a su abuelo.