BIENESTAR
La especialista en psicología Michelle Cruz devela cómo se combate uno de los conflictos mentales que con mayor frecuencia sufren los seres humanos.
Procrastinar es el acto de postergar la realización y concreción de actividades prioritarias. El problema radica en que al no hacerlas en el tiempo definido, la persona comienza a generar una serie de emociones como preocupación, miedo, inquietud, ansiedad y en casos extremos depresión.
En muchas ocasiones se postergan actividades por no ser placenteras o por miedo a no poder desarrollarlas satisfactoriamente. Cuando el tiempo de espera para la ejecución de la tarea llega al límite, comienzan a aparecer los pensamientos de culpabilidad y la persona termina haciendo su tarea de manera obligada y con miedo.
“La procrastinación está relacionada con los hábitos desarrollados a temprana edad porque estos definen la percepción de responsabilidad y el autocontrol para ejecutar una tarea”, afirmó Michelle.
Procrastinar puede generar consecuencias como: no lograr con los objetivos impuestos, entregar tareas de mala calidad, baja autoestima, fatiga, deterioro de la salud física, entre otros.
Para evitar estos problemas y vencer la procrastinación, la licenciada Cruz ofrece la siguiente lista de consejos prácticos:
1- Utilizar una agenda
La era digital permite el uso de agendas virtuales. Por ejemplo, en Google Calendar se pueden colocar las actividades diarias con la hora en que deben ser desarrolladas. Este recurso sirve para los ámbitos académicos, laborales y cotidianos.
Es importante antes de escribir las actividades establecer objetivos a corto, mediano y largo plazo para tener una mejor guía. Sin lugar a duda, el llevar una agenda permite que una persona sea más ordenada y le ofrece una mayor probabilidad que cumpla al pie de la letra con sus responsabilidades.
2- Categorizar
Probablemente habrá días en donde no se pueda cumplir con todas las actividades colocada en la agenda. Ante esta situación, Michelle recomienda distribuirlas en tres categorías: urgentes, importantes y cotidianas. En el primer nivel se deben colocar aquellas responsabilidades que no cuentan con un rango de tiempo muy extenso para que sean cumplidas como las académicas y laborales.
En segundo lugar, se pueden marcar las actividades que continúan siendo importantes, pero que cuentan con un rango de tiempo más prolongado para poder hacerlas. Por último, se deben poner las actividades que pueden ser cumplidas en cualquier horario y día de la semana.
3- Descomposición de actividades
Cuando una tarea es muy compleja se puede realizar por partes para aligerar su peso y la dificultad de la misma. Esto ayuda a que los niveles de ansiedad disminuyan y a que se pueda entregar a tiempo. De igual forma para poder cumplir con la tarea es necesario colocar su desarrollo en la agenda para lograr un mejor resultado.
4- Eliminar distracciones
Durante el trabajo y el estudio en casa suelen aparecer muchas opciones para poder distraerse. Ante esta situación es necesario crear un espacio ergonómicamente adecuado para poder trabajar. Se debe tomar en cuenta que este lugar debe contar con el menor número posible de distracciones. Asimismo, a la hora de trabajar se deben alejar aquellos aparatos electrónicos que por inercia se revisan constantemente y que no suman al desarrollo de las responsabilidades diarias.
5- Buscar ayuda de un profesional
En muchas ocasiones la procrastinación no está ligada a la pereza, sino a problemas de trasfondo emocional. Para superar estas dificultades de raíz es importante dirigirse a un especialista del área. De esta manera el profesional brindará todas las herramientas necesarias para mejorar el estilo de vida y sanar todas aquellas situaciones pasadas que están afectando a la productividad del presente.