BIENESTAR
La arquitecta y experta en feng shui, Tatiana Balostro afirma que es momento de vivir en relación de semejanza con la naturaleza y aprender qué muestran sus ciclos
En el otoño las hojas no caen, se sueltan”, dice la arquitecta y experta en feng shui, Tatiana Balostro. Es momento “para sacar lo que quita energía”, “recordar que se puede vivir en relación de semejanza con la naturaleza” y “aprender qué muestra y enseña”.
Tatiana combina sus saberes: su profesión de arquitecta y lo intangible de lo espiritual en Concepto Feng-Shui, emprendimiento donde utiliza sus manos, su creatividad y su mente para generar transformaciones, entornos armónicos y una vida que conecte espacios y mentes.
“La hoja no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire; sabe y demuestra la importancia de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación”, señala. En ese proceso natural, durante esta estación, el árbol se quita todo lo que le insume energía y se prepara para las siguientes etapas: el invierno (el ciclo del agua en feng Shui) y la primavera, donde tendrá la suficiente energía para renacer.
Las estaciones climáticas del año se asocian a los cinco elementos del feng shui, cinco fases distintas de energía. El otoño representa la energía del metal, elemento que actúa como transmisor de las energías a diferentes áreas, estimula la fuerza mental y las habilidades intelectuales, “facilita que nos enfoquemos en nuestros pensamientos”.
“En el ciclo de los elementos, el metal se nutre de la tierra y alimenta el agua”, explica y agrega que representa la energía hacia el interior, de meditación, de reflexión, de un momento menguante en el ciclo total. “Este elemento tiene como cualidades — perseverancia, firmeza, fortaleza— que ayudan a la toma de decisiones para afrontar cambios y realizarlos”, añade.
Qué hacer en otoño
“Desacelerar. Preparar el cuerpo y el espacio para los ciclos venideros. Nutrirse. Dejar espacio libre. Tomar fuerza para brillar. Es momento de trabajar el desapego”, explica Tatiana e invita a desprenderse de aquello que no fortalece o ya no nos representa; sea un lugar, una persona o una relación. La ropa también debe dejar espacio para lo nuevo, es tiempo de reorganizar el placard.
Lo primero es identificar qué habitación es la que más usás y eliminar de allí todo objeto que no te guste o ya no te represente. También debe retirarse lo que esté roto, esas pertenencias que guardamos para reparar y ese día nunca llegó. La recomendación es desapegarse de lo que ya no se usa, pero todavía “ocupa espacio y le quita energía vital” a la casa.
“Limpiar, reducir y reordenar todo el hogar, prepararlo para el estado de calma que requiere el ciclo del agua (el invierno) es una forma de reorganizar nuestras vidas”, sentencia Tatiana. En este punto, el consejo es tomarse tiempo para recorrer cada habitación para decidir qué dejará de estar en nuestra vida.
Colocar una fuente de agua también será positivo. “Ubicada en la zona noreste y este del hogar, activará las zonas correspondientes a la prosperidad y a la familia”, apunta la arquitecta.
En el feng shui, la cocina es el corazón de cada casa, su energía se relaciona directamente con la salud y la abundancia familiar. Un bol o fuente de frutas o verduras relucientes de estación sobre la mesa o mesada, activará la zona y traerá prosperidad al hogar.
Al elegir objetos, priorizá formas pequeñas, redondeadas, suaves. Son ideales “para elevar el CHI, la energía del espacio” y conservar la energía positiva dentro del hogar.
Con tiempos diurnos más cortos, la iluminación artificial hará lo suyo: bastará cambiar las lámparas de luz fría por las de luz cálida. “En la zona noroeste y sureste del hogar, puede agregarse una lámpara de sal para activar el área correspondiente a la pareja y al autoconocimiento”, agrega.
“¿Qué hojas dejarás caer de tu árbol?”, concluye Tatiana e invita a recuperar energía "para brillar en primavera".
*A partir de esta semana, Tatiana se sumará como columnista de eme, podrás seguir sus consejos cada 15 días.