SOLUCIONES
Los artículos de madera que usamos en la cocina pueden guardar bacterias, olores y manchas, pero existen soluciones caseras que podés aplicar para higienizarlos
Si te gusta cocinar, o simplemente contar con una cocina bien equipada, seguramente tengas utensilios de diversas formas, tamaños y materiales para utilizarlos según la ocasión. Sin embargo, es importante saber que no todos se pueden tratar de la misma manera, sobre todo al limpiarlos.
Por lo general, los utensilios de madera se utilizan cuando se cocina en materiales delicados pues son suaves al contacto con otras superficies, como el teflón. Además, no conducen el calor por lo que se pueden utilizar en altas temperaturas, podés dejar el cucharón en la sopa sin riesgo a quemarte cuando tengas que mover o servir.
Asimismo, las tablas de madera no reaccionan al contacto con otras sustancias y, por lo tanto, no contaminan a los alimentos. Además, son mucho más resistentes y amigables con el medio ambiente.
Sin embargo, los artículos de madera suelen mancharse y, en comparación con los artículos de acero o plástico, son más difíciles de lavar. Pero no te preocupes, hoy vamos a decirte cómo dejarlos como nuevos con algunos trucos caseros.
¿Cómo limpiar los utensílios de madera?
En el día a día lo mejor es lavar los artículos de madera con agua caliente. Pero si crees que necesitan de más limpieza entonces la recomendación es sumergirlos por unos minutos en agua hirviendo.
Con los pasos anteriores no deberías tener mayores problemas pero como la madera tiende a absorber la humedad, puede aparecer moho que representa un riesgo para la salud, especialmente para los niños o las personas con alergias respiratorias.
Como explica el sitio homify, una plataforma sobre arquitectura y diseño, el moho aparece en diferentes colores, incluidos blanco, naranja, verde y negro, y tiene una textura viscosa. Si tus utensilios presentan este problema quizá lo mejor sea desecharlos, pero si querés conservarlos entonces probá lo siguiente:
- Mezclá 1 cucharada del jabón con el que normalmente lavás los platos con agua tibia y verté el líquido en un rociador para esparcir la solución en la superficie de madera. Frota especialmente en donde está el hongo. Usá una toalla limpia para secar.
El agua y jabón se encargarán de los hongos, pero para prevenir que no aparezcan más, mezclá 200 mililitros de vinagre blanco con 1 cucharada de bicarbonato de sodio. Una vez que la mezcla deje de burbujear, podés aplicarla sobre la superficie de madera y dejar reposar durante 10 minutos. Finalmente seca la superficie con un paño para eliminar cualquier residuo.
En caso de que los métodos anteriores no hayan funcionado, verté 1 litro de agua en un recipiente y agrega 100 mililitros de lejía, después utilizá una esponja de trastes para aplicar la mezcla en la madera, deja reposar durante 30 minutos, enjuagá y secá. Con este consejo se debe tener cuidado pues los trastes podrían perder su brillo y color.
Y si no querés utilizar productos químicos, la fundación AARP recomienda usar sal y limón. Para eso hay que humedecer el utensilio que quieras limpiar, esparcir algo de sal sobre él y, con ayuda de medio limón, frotar la superficie formando círculos. Luego enjuagá con abundante agua. Si lo que querés es quitar alguna mancha, agregá un poco de bicarbonato de sodio.
Un método más que podés aplicar es utilizar agua oxigenada. Para ello utiliza una servilleta de papel empapada en vinagre y frota los trastes de madera, para enjuagar usá otra que esté húmeda por agua oxigenada.
¿Cómo cuidar tus trastes de madera?
Ahora que ya sabes cómo mantener limpios tus utensilios de madera es momento de pensar en su protección. Para eso podés seguir estos consejos:
Sin importar el método de limpieza que utilices, lo más importante es secar muy bien los utensilios de madera para mantenerlos libres de bacterias y evitar que se deformen.
Y para que la madera se mantenga hidratada, alrededor de 1 vez al mes, podés poner a tus trastes un poco de aceite de oliva, aunque también hay productos específicos para esta tarea como ceras o aceites minerales que son aptos para artículos que entrarán en contacto con alimentos.