En estos meses de cambios constantes de temperatura y con la llegada de los primeros fríos intensos, la piel de nuestro cuerpo, en general, y del rostro, en particular, requiere de cuidados especiales. En ambos casos, para mantenerse saludable, nuestra dermisnecesita un plus de hidratación.

Si no la cuidamos de forma adecuada, la piel puede volverse áspera, seca, opaca y hasta llegar a descamarse, irritarse y enrojecerse.

La rutina de cuidado facial debe seguirse siempre, independientemente de la estación del año que atravesemos. En este sentido, hay tres pasos tan básicos como fundamentales: higiene, hidratación y protección solar.

De todos modos, ante el cambio de temperatura, podemos hacer algunos ajustes en las rutinas para contrarrestar los efectos negativos del frío.

En cuanto a la higiene podemos optar por limpiadores más hidratantes y disminuir el uso de productos en gel y con activos que puedan irritar la piel. En el paso de la hidratación lo más beneficioso es sumar un sérum, como paso previo a nuestra crema, para que este fortalezca la hidratación y la potencie.

Por último, podemos aplicar un protector solar con principios activos más hidratantes del que usábamos en verano cuando somos más castigados por los rayos del sol.

Además de estos productos, sugiero utilizar hidratantes para el contorno de ojos, labios y manos para de esa evitar sequedad.

El frío suele deshidratar la piel de los labios, que con frecuencia se irritan y agrietan. Para evitar la sequedad, o al menos disminuirla, podemos seguir algunos consejos básicos para su cuidado.

Primero, recomiendo usar bálsamo labial en el día ya que servirá para protegerlos contra el viento y el frío. Además, y aunque pueda parecernos lo contrario, lo indicado es no humedecer constantemente los labios con saliva.

Otro consejo es hidratarse con bálsamo labial todas las noches antes de dormir.

Generalmente los labios pasan desapercibidos a la hora de la rutina diaria de cuidado facial por eso les traigo este recordatorio: ¡hidrátenlos! No esperen a sentir resequedad o a que se agrieten y les duelan.

La piel del cuerpo también requiere cuidados (aunque esté cubierta por prendas de vestir). A la hora del baño, podemos seguir algunos consejos que ayudarán muchísimo.

Una de las principales claves es cuidar la dermis en la ducha. Lo primero, es no demorar más de 5 a 10 minutos bajo el agua. Además, debe controlarse la temperatura, el agua debe estar tibia. Tengan en cuenta que cuando está muy caliente, hace que la piel se seque aún más y pierda lípidos.

Por otra parte, les sugiero elegir productos adecuados para uso diario y considera que no alteren la función de barrera que cumple naturalmente nuestra piel.

Otro punto importante para evitar la irritación es secar suavemente el cuerpo, nunca por arrastre. Siempre es preferible secar mediante toquecitos con la toalla.

Finalmente, luego del baño, recuerden hidratar toda su piel. Es una acción que deben hacer siempre, sin excepción. Lo ideal es que se convierta en un hábito.

Por último, les recuerdo siempre la importancia de consultar con profesionales capacitados en cada caso ya que aquí hablamos en términos generales. Tengan presente que si tienen irritaciones, descamaciones u otras manifestaciones en su piel, como consecuencia del frío, debemos de dejar de usar algunos productos. Tanto en el rostro como en el cuerpo, y hasta que podamos recuperar la barrera de la piel, será necesario dejar de lado productos irritantes, que contengan ácidos o exfoliantes.

* Cosmetóloga médica, creadora de Eudermia.