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Comprar con intención para que valga la pena lo invertido en las liquidaciones que se aproximan

Nieves Pereyra acerca algunas claves para no tirar el dinero en las liquidaciones de temporada y adquirir prendas a las que vamos a sacarles provecho luego.

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Al adquirir artículos en los outlets se puede obtener precios menores al 50% del valor de una colección de ropa normal por ser la última liquidación.

Se acercan las liquidaciones y aunque estudios demuestran que tenemos en promedio un 50% más de ropa de la que necesitamos y sólo usamos el 30% del ropero, seguimos comprando mucho y mal, principalmente cuando hay descuentos.

Todos los días el mismo escenario: abrimos el armario, miramos largo rato y aunque está atiborrado la única solución a esa fatiga por indecisión es comprar más ropa. Lo hacemos, el subidón es real y nos sentimos estupendos; pero la industria de la moda conoce nuestros puntos débiles y en unos días estamos igual o peor frente al armario.

¿Conocen el efecto Diderot? La prenda que compramos para solucionar un problema puntual, se convierte en el problema. Divino el pantalón nuevo, pero al usarlo me doy cuenta que necesitaría una nueva camisa porque las que tengo o van con esa prenda o no le hacen justicia a lo bien que me queda. Esta situación es la más normal y en las liquidaciones se acrecienta porque a ese efecto le sumamos la percepción del valor bajo de la oferta.

Comprar no está mal y aprovechar las liquidaciones a nuestro favor, menos. El problema está en no tener nada que ponerte cuando hay prendas aún con etiqueta o cuándo al hacer detox de placard tenés tres bolsas para descartar con muy poco uso.

Guía para comprar con intención

Comprar con intención es un método de varios pasos, ideado tras años de identificar y trabajar patrones de compra y uso de las prendas con mis clientas.

Lo primero es identificar qué necesitás realmente. Hasta no sanar la relación con tu armario, las compras innecesarias seguirán y una buena forma de comenzar es abrir el ropero y hacer una evaluación de lo que hay y qué precisás. El armario no muerde y no hay monstruos adentro; a futuro lo vas a abrir antes de ir de compras, harás una lista detallada y te ceñirás a ella. También es importante generar una paleta de colores (en base a los factores que quieras) y limitarte a ella. Es la única forma de que dejes de comprar tendencias que luego no usarás y no combinan con lo que ya tenés.

Conocer tu cuerpo y saber qué es lo que te gusta de él es fundamental. Pensá e identificá esas zonas que te hacen sentir segura y enfocate en potenciarlas. Si te gusta un estampado y te sentís super cómoda con tus hombros, cuello o escote, llevalo en una remera o camisa, no en un pantalón. Leé las etiquetas para saber si determinada compra te funcionará. No compres lino si detestás planchar; si en verano transpiras un montón evitá los textiles sintéticos.

Otra premisa: ir de compras no es terapia. Nunca vayas de shopping si estás angustiada, deprimida o molesta; si estás vulnerable emocionalmente evitá comprar, principalmente de forma online.

Dinero e inversión

Quienes se dedican a las finanzas personales hablan de gastos hormiga, pero yo los llamo objetos hormiga. Es muy común tener un presupuesto y atenernos a él con las prendas costosas, pero luego duplicarlo con objetos pequeños de poco valor que se cuelan de forma impulsiva e irracional. Eso no puede pasar.

¿Realmente me gusta o lo compro por el precio? Parece una pregunta tonta pero cuando vemos precios en las liquidaciones se acabó el razonamiento. Solo vemos la etiqueta roja y no evaluamos si realmente nos gusta, si va con el resto del armario, ni es una buena inversión. Si es barato pero no lo vas a usar es tirar plata. La próxima vez que entres a una tienda con prendas a la mitad de precio, hacé el ejercicio de evaluar qué comprarías si valieran el 100%. Intentá no mirar el precio hasta probarte y que te quede divino, recién ahí evalúa si vale la pena comprar.

Calidad de las prendas también para cuidar el medio ambiente

Si no repetir ropa te da felicidad no te juzgo, pero lo que voy a decir no te gustará. La variedad de oferta y los precios cada vez más económicos de algunas tiendas, hacen al acopio cada vez más irresistible, pero desde el punto de vista medioambiental no solo importa de dónde vienen las prendas, sino hacía dónde van.

No es casual que muchas marcas de fast fashion apunten a producir más sustentable (con poliésteres reciclados e innovando en fibras) y a la confección de prendas de mayor calidad que se asocien a un uso más consciente y duradero.

En Europa gigantes de la moda rápida ya ofrecen la reparación y re circulación de las prendas con propuestas de compra y venta de segunda mano para artículos de sus marcas y alquiler de las mismas.

A la próxima compra que hagas, basada en el costo de una prenda, te propongo le añadas el valor por uso y evalúes el mejor resultado para tu economía y la del planeta. Comprar con intención es la mejor forma de ser amigables con ambos y no es tan difícil como parece.

* Podés seguirla en su cuenta de Instagram o TikTok

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