La suba de temperatura de estos días indica que es momento de reordenar el placard. Las prendas más pesadas tienen que pasar a cuarteles de invierno y es tiempo de desempolvar la ropa más liviana.

Tapados, camperas de abrigo y buzos de lana necesitan algunos cuidados para estar 100% el próximo invierno. ¡Tomá nota!

Lavado. El primer paso es lavar todo, acondicionar cada prenda para que pueda guardarse. Es necesario que la ropa no tenga olores corporales ni de perfumas porque de lo contrario los aromas pueden atraer a las tan odiadas polillas. Además los textiles que se guardan con manchas pueden quedarse con tintes de amarillos.

Selección. Una vez que toda tu ropa esté limpia, colocala sobre tu cama. Si alguna prenda no se utilizó durante este invierno, claramente es candidata a ser donada. Ahorrá espacio y liberala. Antes de donarla preguntate si todavía tiene margen de uso porque no es necesario donar lo que no está en condiciones.

Guardado. A la hora de disponer la ropa es necesario protegerla. Tapados y camperas pueden ser guardadas en bolsas específicas con cierres. En el mercado hay además bolsas que se cierran al vacío ideales para ahorrar espacio y que permiten guardar desde frazadas o acolchados a buzos de lana.

Zapatos. Pueden guardarse en cajoneras o recipientes plásticos. Es necesario sacarles el polvo. Para que no se deformen pueden colocarse en su interior papel de seda o cartulina blanca. Para evitar la humedad podés colocarles una bolsita de té en su interior.

Repelentes de polillas y humedad. Las bolitas de naftalina alejan a las temidas polillas pero también dejan un olor que no siempre resulta agradable, así que podés encontrar otros productos con el mismo fin. En un recipiente tipo salero podés colocar café o bicarbonato, ambos productos evitan la humedad.